Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

14 Dic, 2010

¿Y la economía, apá? No se preocupe por el calentamiento, m

La bandera hecha suya por el presidente Calderón —al grado de apostar lo poco que le queda de futuro político— la cual le permitirá incorporarse en cuanto termine su mandato a un organismo internacional que se ocupe de cuestiones ambientales, es la que se ha popularizado bajo el nombre de "cambio climático" o "calentamiento global". En ambos casos estamos frente a una elevación de la temperatura en todos los rincones del planeta; razones varias se dan para explicarla las cuales, en algunos casos, son tomadas con cierto escepticismo.

Hoy por hoy, aquella bandera parece ser, no sólo su prioridad número uno —de algunos meses a la fecha— sino la única; para él, todo indica que no hay otra cosa de la cual deba preocuparse y ocuparse.

Por otra parte, la intensa promoción personal —sufragada con recursos del erario— que busca colocarlo en la escena internacional como un "ambientalista de hueso colorado", nos lo presenta como un nuevo Quijote; como el único gobernante dispuesto a luchar —así lo dejen solo— en defensa del planeta.

Por encima de lo burda y falsa que pudiere ser esta campaña frente a la ofensiva y dolorosa realidad ambiental del país, saltan elementos —más que evidentes en cualquier parte de la geografía mexicana y las conductas de todos los grupos sociales— que exhiben sin concesión alguna "el protagonismo ambientalista" que no cuenta con sustento alguno en la gobernación que Felipe Calderón ha practicado.

Al tiempo que el aparato gubernamental —a un altísimo costo— estaba volcado en Cancún para apuntalar su imagen de "Presidente ambientalista", la violenta realidad no tocaba a nuestras puertas pues las derribaba a punta de granadazos en Michoacán y otras entidades.

Mientras el Presidente se regodeaba entre la burocracia ambientalista llegada de casi 200 países para disfrutar Cancún y sus encantos a costa del erario de cada uno, el Estado mexicano sufría el mayor reto armado que grupo opositor alguno le haya planteado desde 1910.

Hoy, terminado el espectáculo de promoción personal que fue la reunión de Cancún para Felipe Calderón, varios "triunfos" llaman la atención de todo aquel interesado en la cosa pública. Uno es la ya resuelta elección del dirigente panista, Gustavo Madero, "El Ecléctico" dice él de sí mismo y si no fuere por su apellido, ni al cine podría entrar solo; otro, la del impresentable Esparza y el tercero, el nuevo contrato para que Mexicana vuelva a volar (quién sabe cuándo pero de que volará, volará afirman Lozano y Molinar).

Ante esta cadena de logros, ¿qué nos queda por hacer? Solo disfrutar las fiestas decembrinas pues para todo fin práctico, el año terminó hace varios días.

El "ambientalismo" del Presidente —aplaudido por razones obvias por los suspirantes y aspirantes panistas a sucederlo—, cubre todos los espacios. Por lo pronto, México —bajo la atinada conducción de Calderón y Cordero— ya hizo la primera aportación en la lucha contra el calentamiento global: para no contribuir a la elevación de la temperatura en el planeta, la economía mexicana se enfriará 2011; de 5% de crecimiento del PIB este año, pasaremos a tres en 2011.

Para los que dudaban, este es compromiso y no fregaderas. Aquí hay hechos, no solo palabras.