Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

15 Dic, 2010

México: categoría ¡platinum!

Alcanzar la calificación entre los países emergentes que supervisa el FMI, que dirige Dominique Strauss Khan, de “platinum”, como definiera Nicolás Eyzaguirre, director para el Hemisferio Occidental, a México por la continuidad, solidez y calidad de su política y marco macroeconómico, además de desempeño antes y poscrisis Lehman, tiene mucho mérito y especial para el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens y el presidente Felipe Calderón.

Justamente esta mancuerna, y no podemos olvidar a Guillermo Ortiz, quien también puso la pierna fuerte, no importando la impresionante presión política y empresarial para que se eliminaran los equilibrios fiscales y monetarios, lograron que el choque de exportaciones que  enfrentó la economía real entre 2008-2009, no se tradujera en un descalabro fiscal, monetario y financiero como el que ocurre en algunas economías de Europa, las cuales siguen teniendo grado de inversión superior al de México.

Lo curioso es que el esfuerzo de comunicación, ni del FMI ni del gobierno de México permea y se pregunta por todos lados: ¿Cuáles son las vulnerabilidades o riesgos que tiene la economía como para contratar una línea de crédito de 73 mil millones de dólares con el FMI?, ¿de qué tamaño son las amenazas?

La respuesta resultaría hasta pueril. La línea de crédito flexible opera como una línea de cuenta corriente o tarjeta de crédito para personas físicas y, la de liquidez para las empresas.

Sólo se extiende y se mantiene a quien es solvente, y aunque se cuenten con ahorros (liquidez propia) en forma de reservas o activos invertidos que se pueden vender (México tiene 111 mil millones de pesos en reservas internacionales que permiten cubrir 80 por ciento del saldo total de la deuda externa pública y privada del país, y hasta 50 por ciento de los flujos de comercio exterior mexicanos), la línea de liquidez se usa en caso excepcional. México pidió en julio en la reunión del G20 y formalizó en la asamblea anual pasada, la petición para que se eliminara el tope de la línea y se ampliara la vigencia. La respuesta platino llegó. Pide y si eres solvente, te dirán que sí, porque tu historial es tu mejor garantía.

Las reservas, hoy en día, los países las usan para dos cosas: para cubrir crisis de liquidez para proteger los flujos de comercio o defender un nivel de la moneda. México tiene flexibilidad cambiaria, pero tiene una de las economías más abiertas y expuestas a choques de comercio, sobre todo de Estados Unidos.

Hoy, los países, tienen reservas hasta por 40 o 50 puntos del PIB, como el caso de  China, India, Brasil y Corea, etcétera, y cuando no las tienen, como Gracia, Irlanda y España misma, el ataque es furioso porque dependen de una decisión comunitaria.

El pasado 4 de julio, en el marco del G20, en el Corea Daily, el gobernador Carstens, demandaba que los esfuerzos nacionales pueden resultar poco efectivos si persiste una falta de coordinación y cooperación internacionales, como es el caso de la generalizada estrategia de acumulación de reservas adoptada por economías emergentes, podría también actuar en contra de la necesidad de establecer nuevos balances en la demanda global para consolidar la recuperación económica.

Y bueno, quien por su casa empieza, predica bien. Carstens pidió y la Comisión de Cambios la tiene. La línea subió a 73 mil millones de dólares y le permite a México contener el ritmo de acumulación de reservas que se estima podría llegar a unos 125 mil millones de dólares, pero reduciendo a una tercera parte el costo fiscal de mantener una cobertura de 20 por ciento contra PIB (el activo en riesgo).

De Fondos a Fondo

Le cuento que ayer, la SCT de Juan Molinar y Megacable de Enrique Yamuni firmó un convenio que compromete a la segunda cablera del país a entregar tres mil 38 sitios con acceso a internet de banda ancha, como mínimo de 2 mbts, dentro del área de su cobertura, esto es, 95 ciudades incluyendo Guadalajara como sitio principal.

El propósito del acuerdo es darle cobertura a escuelas que tienen salas de medios, pero carecen de conexión a internet y si le apura a un promedio de 400 alumnos por escuela, el número de beneficiados por el  acuerdo sería de un millón de estudiantes. Lo que es importante es que esta “cobertura social” corre por cuenta del concesionario de cable porque no cobra gastos de instalación y otorga un descuento de 35 por ciento respecto de la tarifa más baja que da en el mercado, esto es, casi al costo y... ¡sin subsidio!

La verdad es que este tema que ha ido concretando Héctor Olavarría, el director general de Política de Telecomunicaciones, está negociándose con los otros concesionarios de cable para lograr un uso eficiente de la red. La intención es celebrado este tipo de acuerdo con otros concesionarios para cubrir todos los centros comunitarios, escuelas, centros digitales de e-México, de Telecom, y hasta la red de Diconsa en poblaciones de  mayor densidad, ya que en las de entre 100 y 500 habitantes se establecen convenios similares con concesionarias celulares como Telefónica, Telcel, Iusacell y satelitales con Telecom.

Nos dicen que están próximos a firma otros convenios y yo no descartaría la firma triple con Cablevisión TVI y Cablemás, donde está la mayor cobertura fija de la red más convergente del país y, si tienen tele, ahora sí ¡ahí se ven!..