Enrique Castillo-Pesado

Ficción financiera

Enrique Castillo-Pesado

7 Abr, 2012

Atraerán Inversión Extranjera Directa de cuatro mil 600 millones de dólares

Lorenza Martínez, subsecretaria de Comercio de la Secretaría de Economía, indicó que con el nuevo programa estratégico de la industria aeroespacial, de los 110 mil empleos que se crearán para 2020 en ese sector, 35% será para ingenieros especializados. Con ese plan se busca colocar a México entre los primeros diez lugares del orbe en este sector para 2020. Y claro, este plan busca atraer inversión directa de cuatro mil 600 millones de dólares. Esta brillante funcionaria comentó que “tenemos planeado elevar de tres mil millones de dólares a 12 mil millones el valor de las exportaciones de componentes aéreos para los próximos ocho años.

Sé que tienen un profundo interés de crear —como señalé— más de 110 mil empleos en la República Mexicana en este lapso. Sé que tienen planeado incrementar 450% la manufactura de componentes para que cada avión armado en México cuente con 50% de contenido nacional (¿cuándo produciremos nuestros propios aviones, como lo hace Brasil con su firma Embrear?). Para cumplir la meta propuesta, Lorenza Martínez resaltó la formación del Comité de la Industria Aeroespacial, para mantener la coordinación y vigilancia de todo el trabajo de este sector.

Por otra parte, al término de la presentación del plan estratégico aeroespacial, Grupo Safrán informó que invertirán 50 millones de dólares en la construcción de una planta de mantenimiento para aviones en Querétaro (¿el próximo aeropuerto se ubicará por esos lares?). Stephanie Laurent, presidente de la filial Safrán de México, subrayó que esta planta abrirá aproximadamente 350 plazas de trabajo para profesionales especializados en turbinas (aquí podría entrar el talento del mexicano Francisco Javier González Ortega-Rayas, todo un talento en esto de la industria aérea).

También realizarán labores de promoción y desarrollo de mercado interno y externo, fortalecimiento de las capacidades de la industria nacional y desarrollo del capital humano necesario. Por su parte, Bruno Ferrari, secretario de Economía, dijo que durante la primera fase se aprovechó la experiencia de la industria metalmecánica para establecer los cimientos de esta estrategia. Finalmente, en este tema, la industria aeroespacial cuenta actualmente con un valor global de 450 millones de dólares, por lo que se planteó que México se convierta ya en punta de lanza a escala global.

41 mil millones de pesos

La última vez que vi a Juan Carlos Marroquín, presidente ejecutivo de Nestlé-México, fue en un evento en la boutique Nespresso (donde también estaban Carlos Eduardo Represas, ahora en Bombardier, Ricardo Salinas Pliego, Manuel Arango y Amelia Cal, quien dejó la dirección de la joya de la corona Nespresso, y donde George Clooney acudió a presentarse ante sus fans mexicanas), que recibió el Premio de la Excelencia Universal de manos de Arango y de este columnista. Marroquín, orgullosamente, dijo a Dinero, de Excélsior, que “con ventas de 41 mil millones de pesos, México es el quinto país más importante para Nestlé y uno de los que mayor crecimiento genera”.

También enteró que gracias a los adelantos del mercado interno, derivado del crecimiento de la población y el aumento de la clase media, pronto se alcanzará la meta de ser el cuarto mercado a nivel global. Alemania es ahora el cuarto mercado más importante para la transnacional suiza que se precia de ser “la mayor empresa de alimentos del mundo”, sólo debajo de Brasil, Francia y Estados Unidos, con ventas de casi 48 mil millones de pesos.

Y Marroquín tiene razón. Para México, el nombre del juego es saber mantener un liderazgo e innovación en las diferentes marcas. En 2011 Nestlé reportó un crecimiento consolidado de 7.5 por ciento en venta. Y Nestlé no se queda atrás, ya que lanzará marcas (una de pizza y otra de helados). Van a consolidar también la inversión que realizaron en la planta de Toluca y destinarán 150 millones de dólares en México “para financiar la operación y capital de trabajo”. Esto no incluye marketing o adquisiciones. Y el crecimiento orgánico será de cinco a seis por ciento.

Marroquín sumó información: la volatilidad continuará no sólo en insumos, sino en el mundo financiero, pero nos toca ser innovadores, ejecutar programas de competitividad que ayuden a no pasar los aumentos al consumidor. “Ya hicimos un ajuste menos a la inflación (3.5%) al inicio de 2012”.

El otro Sacal

Existen muchos mexicanos-israelitas que llevan el apellido Sacal (el pintor José Sacal, el constructor Elías Sacal y Moisés Sacal, que tiene problemas con la justicia). Simón Sacal, 30 años de edad, es otra historia. La empresa que dirige, IHS Global, va para arriba (“sí, papas y botanas que parecen fritas, pero que no contienen un solo gramo de grasa o una sola gota de aceite”). Este joven empresario supo lanzar sus botanas en un garage propio o rentado (como lo hicieron muchos genios de la computación, como Steve Jobs y Bill Gates, en espacios reducidos ¡o de risa!), mientras estudiaba en la gloriosa (para muchos de nosotros) Universidad Iberoamericana. Este personaje supo investigar, prepararse, estudiar a fondo, etcétera, para ver qué lanzaría al mercado. Sacal obtuvo que Carlyle (un fondo de inversión) invierta una respetable suma en su marca. Y claro, abrió una fábrica en el Estado de México que ofrece trabajo a más de 100 colaboradores, entre los cuales no suma los promotores.

IHS Global distribuye sus botanas en alrededor de 105 puntos de venta, que incluyen Superama y Walmart. Sacal confiesa que no está a la altura —“todavía”— de PepsiCo o Sabritas, pero también sabe que nuestro país tiene sed de historias fuera de serie. Muchos analistas predicen que “en México abundan los talentos creativos” y, por lo tanto, mi sincera felicitación al otro Sacal (Simón), que tiene ideas, productos, mercados ad-hoc, patentes y mucha historia empresarial.

Su empresa ahora no es familiar y, por supuesto, se asocia con que debe hacerlo y, lo vital, como diría mi colega Mota, ¡saber despertarse temprano para trabajar! Y hasta la próxima, ¡abur!