Enrique Castillo-Pesado

Ficción financiera

Enrique Castillo-Pesado

14 Abr, 2012

Blakely, billionaria gracias al fruto de las michelines

¡Constatar para creer! Spanx es la nueva firma para las fajas reductoras como lo que crea Tiritas para los apósitos o los célebres Kleenex como pañuelos desechables. O sea, un nombre —seguramente— genérico. Esta nueva Spanx es propiedad 100% de la hermosa empresaria estadunidense Sara Blakely, quien en los 90 vino a México a trabajar como modelo para Beatriz Calles, hoy uno de los puntales de los desfiles de moda que organiza Mercedes Benz en el DF para ¿competir? con la Pasarela Cibeles de Madrid. Blakely acaba de aparecer en Forbes con una fortuna que supera los mil millones de dólares. ¡No está mal para una empresa gestionada por bellas y talentosas mujeres! Y ella lo acepta: “He trabajado duro no para volverme millonaria, pero sí para ayudar a las mujeres —y luego, ¿por qué no también los hombres?— a bajar sus michelines, como se dice en España”. Su sociedad no cotiza aún, por lo que siempre publica sus números. Y sé que su nueva marca es rentable y su facturación última superó los 250 millones de dólares. Su staff está integrado por 125 personas. Blakely: “También contrato a hombres. Contamos con un 15% de ellos”. Eva Longoria, Salma Hayek, Jessica Alba, Jennifer Lopez, Charlize Theron, Catherine Zeta-Jones, Mónica Belucci, Adriana Abascal (la bella ex Miss México), Sofía Vergara, entre otras, adoran este nuevo tipo de prenda para mujeres que pueden escoger entre 200 productos “para ambos sexos”.

Y la discutida empresaria confiesa que “sólo es el principio”. ¿La razón?: el proceso de expansión internacional puede disparar estos números hasta doblarlos en un par de años. No se extrañen que muy pronto puedan adquirir Spanx en Saks Fifth Avenue de México. Sé que Oprah Winfrey disparó (con sus editoriales en televisión) la popularidad de Blakely al mostrar las fajas en su programa. Cada ser humano tiene sus propias ideas del ¿sueño americano? Para los conformistas (como el mayor por ciento de los habitantes del vecino país del norte) consiste en tener una casa, un auto, una familia y un buen trabajo para pagar los estudios a los hijos. Para los ambiciosos (conozco a muchos), los que no aceptan portazos en el rostro, es llegar con una idea a lo más alto. Of course, Blakely, 41 años, ya es parte de ese uno por ciento. Por méritos propios, esta estadunidense entró en el club de milmillonarios de Forbes, que le dedicó su última portada. Finalmente, en este tema de Blakely, fruto de sus “inseguridades” al vestir (y la humedad y el calor que sufrió cuando trabajaba en un parque de atracciones), esta interesante empresaria inventó la faja reductora. 14 años después es milmillonaria.

Slim, Azcárraga
y la competencia

Hace unas semanas, Carlos Slim obstaculizó ¿a un rival o dos? (Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego) de su imperio de telecomunicaciones, ya que la Comisión Federal de Competencia de México rechazó una inversión de Televisa (la cadena televisora más fuerte del país), en Iusacell, compañía de teléfonos celulares. Esa fue buena noticia para don Carlos, pero la mala nueva es que dicha comisión no llegó a un acuerdo para la creación de una nueva cadena televisora. Los analistas y muchos empresarios están conscientes de que la familia Slim quiere a toda costa (como señala el propio Azcárraga) entrar en el mundo de la televisión. Ambas noticias aseguran el statu quo y son malas para México y los consumidores. Azcárraga subraya que son negativas para Televisa. “Nosotros no nos oponemos a la creación de una o más cadenas de televisión nacional y si la Comisión Federal de Telecomunicaciones publicara los términos de una subasta para más frecuencias, nosotros no la retaremos legalmente, cuando las reglas sean claras y crean una igualdad de condiciones para competir”. Y Emilio profundizó: “Tampoco nos opondríamos a la creación de una nueva televisora que sea apoyada por un socio estadunidense, siempre que también nosotros recibamos un trato igual en Estados Unidos”.

Azcárraga indica que recibiría con beneplácito una mayor competencia en el mercado mexicano de los medios de comunicación. “Nuestra compañía es la número uno y lo ha sido por más de medio siglo, pero debe ser a priori establecer regulaciones que igualen las condiciones para la industria de las telecomunicaciones”. El joven empresario remató: “De otra forma, el futuro de la televisión abierta, por cable y satélite entraría en etapa de peligro”. La postura de Azcárraga es interesante porque acepta que de haber igualdad de condiciones, entonces también debería realizarlo alguien como el ingeniero Carlos Slim, ser humano visionario, influyente y talentoso.

Rey de las ventas flash

En Barcelona conocí a Jacques-Antoine Granjon que, actualmente, es el rey de las ventas flash. Y no me refiero a una agencia de moda, pero sí al mayor contratista de modelos. No es una discográfica, pero crea 22 mil melodías al año. No es agencia fotográfica, pero publica 15 mil fotografías al día. Cuando observé en el tejado de su casa de la capital francesa una colmena de abejas, me atrevería a decir que es una ONG ecologista salvando el cielo de París, ¡pero tampoco! Pero sí es un fenómeno que se estudia en las universidades y escuelas de negocios. Se llama vente-privee y sabe colocar stock por internet. Hasta aquí, ¡todo normal! Lo sublime para él es que se trata de productos de marca, con descuentos que pueden llegar a 70-75% y en “ventas-relámpago” de cinco días. ¿Cuándo sucederá esto en México?

Las alternativas europeas a la fórmula de vente-privee son españolas (Privalia y BuyVip) o francesas (Showroomprivee), todas ellas nacidas a imagen y semejanza del líder, y años más tarde. En 2006, Lucas Carne y Manuel Villanueva abrieron Barcelona Privalia. Ya cuentan con nueve millones de clientes y en 2011 facturaron 320 millones de euros (90% más), la cuarta parte del imperio de Granjon. Aún así es su mayor competencia. Privalia adquirió la alemana Dress for Less y extendió su fórmula por México y Brasil. La moda de las ventas relámpago, privadas, de marca y con grandes descuentos aumentó ese 2006 con la madrileña BuyVip. Tiene seis millones de clientes y una facturación de 140 millones en 2010, fecha en que se pierde la pista tras la compra que realizó Amazon por 96 millones de euros. En 2006 nació en París, Showroomprivee y se sabe que tiene ¡diez millones de clientes y que en 2011 facturó 180 millones de euros (por los 16 millones de clientes y 1.107 millones de facturación de vente-privee) y que le compraron diez millones de artículos. En ese mismo año, en Nueva York, saltó GILT Groupe, pero nuestros vecinos prefieren la fórmula del cupón de lo que sea, a las compras relámpago, privadas y de marca. Y hasta la próxima, ¡abur!