Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

2 Sep, 2013

Inaceptables, las excusas de Hacienda

Muchas veces en su historia reciente México ha desaprovechado las ventanas de oportunidad que se le presentan para lograr una economía estable y creciente, como para elevar el nivel de vida de la población en general.

Durante décadas, aprovechar las circunstancias favorables era imposible porque la economía mexicana era asolada por inflaciones monstruosas, de hasta 15% mensual; por devaluaciones que llevaron el precio del dólar, en 30 años, de 12.50 a 12 mil 500 pesos, y por recesiones que duraban hasta dos y tres años.

Hoy se le presenta al país una nueva ventana de oportunidad de lograr una economía con el crecimiento suficiente para acabar con la pobreza y ofrecer a su población joven empleos bien remunerados.

Pero otra vez la oportunidad puede perderse, pese a que las ventajas nunca habían sido tantas.

Por principio de cuentas, los datos duros indican claramente que México ha logrado una de las estabilidades monetarias y fiscales más sólidas del mundo.

La inflación es baja, entre 3% y 4% anual, y no ha crecido ni siquiera por episodios como el aumento en los precios de los alimentos de hace algunos meses; el sistema bancario es sólido y está bien capitalizado y en este año se cumplirá la meta de un déficit cero en el sector público.

Al mismo tiempo los actores políticos tienen acuerdos en principio que permiten avizorar que sí es posible hacer reformas estructurales indispensables para lograr el impulso de crecimiento de necesita la economía mexicana.

Los peligros están en las manos de quienes dentro del Ejecutivo deben tomar decisiones y hacerse responsables de lo que sucede.

Por ejemplo:

Es inaceptable que el gasto público se ejerza a menor ritmo de lo que marcan los montos presupuestales.

En los primeros seis meses el gasto programable terminó 4% abajo del mismo periodo del año pasado y, lo que es más grave, la inversión pública en infraestructura estaba 6.7% abajo del primer semestre de 2012.

Y no porque el gasto público sea el gran motor de la economía mexicana, sino porque sirve como un indicador para el sector privado. Cuando los empresarios ven que el gobierno prende las luces de stop, la mayoría de las empresas también frena sus proyectos de inversión y crecimiento y eso sí afecta a la economía.

También es inaceptable que el secretario de Hacienda diga que el frenón es importado.

La excusa es ilógica cuando se observa que la economía de Estados Unidos, nuestro principal motor externo, creció 2.5% en los primeros seis meses del año, frente a un decepcionante 1% de crecimiento de la economía mexicana.

¿Qué sucede en las aduanas mexicanas, que “importamos” un crecimiento de 2.5% y pasando la raya se convierte en uno de uno por ciento?

Y desde luego es inaceptable que se asuma ya que este año el crecimiento será mediocre.

Asumir esa mediocridad sin hacer nada para remediarla y tratar de consolar al respetable con aquello de que cuando haya reformas estructurales no irá mejor, raya en el cinismo y pisa los terrenos de la ineptitud.

Es verdad que sin reformas estructurales la economía mexicana nunca crecerá a tasas sostenidas de 5% anual. Pero aceptar que hoy nos vaya mal con el consuelo de que si se hacen los cambios nos irá mejor es un argumento que cae por sí mismo.

El país necesita un secretario de Hacienda de tiempo completo; no uno, como sucede con Luis Videgaray, que dedica 90% de su tiempo a fungir como jefe de gabinete y sólo 10% a ver la economía mexicana.

Y necesita un equipo hacendario que no llegue a tomar experiencia con el sufrimiento de los mexicanos.

Y se necesita que el equipo hacendario completo deje de buscar excusas para la mediocridad y nos diga cómo esta economía creció 3.9% el año pasado en medio de la recesión mundial, y este año crecerá 1.8%, si bien nos va, cuando la economía mundial y en específicamente la de Estados Unidos está creciendo ya al 2.5 por ciento.

Porque no puede ser que estábamos mejor cuando estábamos peor.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas.

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