Hesperia es arrollado por NH; en México, los ricos no pagan impuestos (Gurría); la visión del empresario brasileño Odebrecht, y Suiza quita secreto

Ahora resulta que el grupo  de José Antonio Castro pierde 163 millones de euros con su participación en el gigante. Tiene hasta finales de año para renegociar una deuda de 40 millones. Hesperia negocia un acuerdo con los bancos acreedores. La facturación de grupo cae 18% por las desinversiones. ¿A qué me refiero?: pese a ser su principal accionista, con 20.5% del capital, Hesperia (antes me fascinaba su hotel de la Castellana, en Madrid) está gafada con NH Hoteles. Lo que empezó hace diez años “siendo una historia de amor no correspondido” va camino de convertirse en una ruina para el grupo controlado por Castro, que en 2012 sufrió en sus propias carnes el Annus horribilis de NH. Grupo Inversor Hesperia cerró el ejercicio con unas pérdidas acumuladas de 163.5 millones de euros, un fondo de maniobra negativo —incapacidad para cubrir los gastos a un año con los ingresos corrientes— de 138.9 millones de euros y obligado a reducir el capital en 177 millones de euros, ya que el informe de su auditor, Deloitte, avisaba de que estaba en causa de disolución como consecuencia del abultado resultado negativo, que dejó también en números rojos su patrimonio neto.

Más de la mitad de las pérdidas obedecen a la alta exposición de la mayor parte de sus participadas. De los 292 millones que perdió NH en 2012, Hesperia se tuvo que apuntar 73 millones de euros (equivalente a 25% del capital que tenía a 31 de diciembre), a los que se añaden 35 millones de euros de créditos fiscales vinculados a la operación de compra de acciones y otros siete millones de euros más de gastos financieros relacionados con el crédito que financió la entrada de NH. Por cierto, el Hotel Isla Margarita pertenecía a una de las sociedades vendidas por Hesperia. En 2010, Castro vendió el London Hesperia por 70 millones de euros.

Gurría confiesa la brecha entre ricos y pobres de México

José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, subrayó que “la desigualdad flagrante entre ricos y pobres se está  ¿reduciendo? en México, pero advirtió que “las diferencias son brutales” y le agregaría que también son tristes y grotescas, dignas de un país que presume su catolicismo (como hacían los fariseos) pero en el que no existe la congruencia. En México, 10% de los más ricos gana 26 veces más que el 10% de los más pobres. Hasta hace poco, la diferencia era de 27 puntos.

Gurría indicó lo siguiente: “si a ello se suma que los ricos (mexicanos) no pagan impuestos, como las multinacionales, ¿cómo se sorprende uno que los jóvenes no le tengan confianza al gobierno, a los ministros, a los partidos políticos, al presidente, a las multinacionales, a los bancos, a nada?  También agregaría (porque he hablado con José Ángel Gurría en varias ocasiones) que todos sabemos que tenemos una crisis de confianza en torno a lo que hemos creado en las últimas décadas y con ella es imposible vender o realizar políticas públicas. Por lo tanto, la imagen pública de México no va a la alta —como subrayan algunos analistas—, sino a la baja y es mediocre.

Cuando Ernesto Gándara Camou (senador del PRI) aseguró que la reforma fiscal que se debate en México permitirá contar con más recursos para salud, vivienda y educación, también expresó su preocupación por el desempleo y la falta de crecimiento económico y por los “desafíos globales” que suponen el deterioro medioambiental y los paraísos fiscales.

Por ende, la delegación mexicana que estuvo Estraburgo (Francia), la integraron Miguel Romo, Javier Lozano, Diva Hadamira Gastélum y Eloy Cantú. Por su parte, Juan Manuel Santos anunció en su toma de posesión (como presidente de Colombia) que “era una cuestión de Estado que su gobierno entrara en la OCDE”. Y Gurría se refiere a Santos: “No ha dejado de trabajar ni un solo día para lograrlo y ya es un país candidato para la adhesión de Colombia, en dos o tres años”.

Para terminar con este tema, existen ciertas cosas que en México el dinero no puede comprar, pero si hay 100 mil familias con el privilegio de gastar 55 mil millones de dólares al año en bienes y servicios, según MasterCard.

“Hay que considerar el ritmo de la economía, pero vemos a la población activa, gente que compra casa, autos, busca financiamientos, tiene proyectos y parte de la labor de la banca es ser el aceite en el motor del crecimiento económico”, comenta Troy Wright, director general de Scotiabank.

Invierten 8,100 mdd en México

Marcelo Odebrecht se reunió con el presidente Enrique Peña Nieto para explicar el impacto que tendrán sus inversiones en el sector energético y el laboral. La compañía que lleva el nombre del citado empresario brasileño invertirá ocho mil mdd en los próximos cinco años en sectores como en el energético y de infraestructura.

   O sea, a través de sus numerosas empresas, Odebrecht confiesa que “nosotros prevemos invertir en los sectores de petroquímica, saneamiento y energía hidráulica renovable, así como en la producción de etanol, de azúcar y de energía renovable de biomasa”.

Sé que también invertirán en concesiones de carreteras, que planea el gobierno federal en el Programa de Inversiones en Infraestructura de Transporte y Comunicaciones 2013-2018”. Con esas inversiones, el magnate brasileño pretende generar cerca de 20 mil empleos directos y otros 60 mil indirectos para 2016. El 80% de esa inversión será destinada a Veracruz. El gobierno del mencionado estado dijo que el proyecto Etileno Siglo XX representa una pieza clave en la estrategia que busca el abastecimiento confiable, de calidad y a precios competitivos de los insumos energéticos de México. Cuando Odebrecht estuvo en México, aprovechó su estancia para visitar el mencionado complejo, acompañado del gobernador veracruzano, Javier Duarte, el director general de Pemex, Emilio Lozoya (amigo Durán, ¿qué pasó con las entrevistas?), y el embajador de Brasil en México, Marcos Raposo Lopes.

Eveline Widmer—Schlumpf

Ahora resulta que Suiza quita secreto bancario (¿qué pensarán o que irán a hacer infinidad de políticos, empresarios y muchos nuevos ricos ante esta medida?). La ministra de Finanzas de Suiza, Eveline Widmer-Schlumpf (a quien conocí en una cena del Festival de Jazz que organizó la relojera Parmigiani, en Montreux, Suiza) aclara que “el objetivo de restaurar la estabilidad en el sector bancario suizo y permitir a los bancos decidir por sí mismos si quieren negociar con las autoridades estadunidenses para resolver conflictos legales sobre presuntos evasores fiscales estadounidenses”. Y hasta la próxima, ¡abur!