Disonancia

México parece sumido en un estado permanente de disonancia cognitiva, que es el término que utilizan los sicólogos para identificar cuando una persona padece ansiedad y tensión, producto de una contradicción en su sistema de creencias y pensamientos.

La disonancia cognitiva deriva de la solidez económica de México y su gran potencial que contrasta con el pesimismo que reflejan las personas, día a día, con respecto a sus bolsillos.

En el aspecto positivo esta semana, por ejemplo, Leopoldo Orellana, presidente de Mazda en nuestro país, señaló con optimismo que México es una nación con mucho potencial. Más allá del discurso, la aseveración se sostiene con una inversión de más de 700 millones de dólares. La semana antepasada Honda hizo lo propio con una planta de más de 800 millones de dólares y platicando con Juan Francisco Aguilar, director general de Dell México, me decía cómo a nivel global nuestro país se ubica como una de las seis naciones prioritarias para la compañía tecnológica. Igualmente, está Sergio Leal, director general de la desarrolladora de vivienda Vinte, que ve en 2014 un escenario de crecimiento de doble dígito para su empresa. Más allá de un discurso para quedar bien, todos estos ejecutivos y empresarios respaldan con inversiones sus declaraciones y optimismo. 

La disonancia surge cuando se contrasta justo ese optimismo con el dato de la confianza del consumidor que retrocedió 15.5 por ciento en enero, y que en esencia refleja el sentir de las personas con respecto a su bienestar económico inmediato.

¿Vamos solos o acompañados?

Una forma que nos puede ayudar a documentar el optimismo o pesimismo, saber si vamos solos o acompañados, es compararnos contra otras naciones también calificadas como de alto potencial. Brasil, por ejemplo, en 2013 registró un crecimiento económico de 2.3%; India avanzó 4.7%, mientras que Rusia 1.3% y Turquía, todavía sin cifra oficial, se estima que creció el año pasado poco menos de 5%, mientras que México terminó 2013 con un avance de 1.1 por ciento.

Aunque cada país tiene particularidades y dinámicas distintas acorde a su región, en el renglón de crecimiento económico el nuestro sale en el límite inferior.

No obstante, hay que observar la inflación que puede eclipsar el crecimiento económico dado que depreda el poder adquisitivo. En 2013 Brasil terminó con una inflación de 5.91% a tasa anual, en la India el año cerró con 9.13%, Rusia tuvo 6.48% y Turquía 7.40% mientras que México 3.97 por ciento. En este indicador nuestro país es el que tiene la inflación más baja a pesar de que el banco central ha disminuido las tasas de interés. En los primeros meses de 2014 India, Turquía, Brasil se han apresurado a subir sus tasas de interés para controlar la inflación, mientras que  Rusia y México las han dejado sin cambio a pesar de que la inflación se encuentra por encima del objetivo de sus respectivos bancos centrales lo cual puede resultar
ventajoso.

La disonancia cognitiva económica tampoco es exclusiva de México y se explica porque en todos los países antes mencionados hay una gran desigualdad. Datos del Banco Mundial de 2010 muestran que en México el 10% más próspero de la población representa el 38% del consumo, mientras que el 10% más pobre apenas representa dos por ciento. En Brasil el decil más rico representa 43% del consumo versus 1% del más pobre. India, Turquía y Rusia tienen una menor disparidad.

A diferencia de los demás países, México es la nación que tiene más posibilidades de vencer la disonancia debido a que es de los pocos que ha aplicado reformas de fondo que lo distinguen. Sin embargo, esto sólo se logrará si el crecimiento que se genere se distribuye en sectores más amplios de la sociedad y para ello será clave la educación.

Panda optimista

El próximo lunes viene a México, Andrew Chergn, fundador y CEO de la cadena de comida china Panda Express, lo acompaña el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti. El inventor del Panda viene atraído por México dado que sus ventas en nuestro país crecieron más de 150% el año pasado.