“No es el dinero, es el talento”: Cuarón; ¿peor nivel de BMV?; 14 mil millones de pesos, presupuesto del Metro para 2014

Sé que la leyenda o las historias —muchas veces—, se antojan hasta de ciencia ficción, pero lo que acaba de lograr Alfonso Cuarón no es una historia de un día, o unos meses. Hablo de dos décadas de sumar puntos, fracasos, dudas, audacias, amigos, enemigos, sueños de una economía futurista, etcétera, pero con los siete Oscares por Gravity, aparecen decenas de analistas que ya sabían que Cuarón ganaría el Oscar o varios de ellos, desde hace 20 años.

Diré rápidamente: cuando varios mexicanos que no eran —o fueron— valorados por la Industria Cinematográfica de México, varios hermanos mexicanos emprendieron rutas diferentes y, después de varios años, tanto en Hollywood como en Canadá y Europa, fueron sumando menciones, nominaciones, etcétera, pero continuaron reuniéndose como los Tres Grandes Mosqueteros de México en el extranjero. También se iban sumando otros talentos como el de Reygadas, Guillermo Navarro, Rodrigo Prieto y, por supuesto, El chivo Emmanuel Lubezki. No olvido tampoco al célebre guionista Guillermo Arriaga, quien me presentó con Kim Bassinger y Charlize Theron, en una cena en Les Moustaches, México.

Pero comento ahora —y me olvido de hablar de los éxitos económicos que ahora serán de varios millones de dólares— que Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro son 100% mexicanos. Los críticos opinan que si sus filmes ¿son parte de nuestro cine? Hay que estar en alto rojo. ¿Por qué?: todos sabemos que el trío de talentos (directores, autores, productores y escenógrafos o como los quieran llamar) se ayudaron en muchas cintas, además de haber ingresado a Hollywood por la puerta trasera. Todos, continuando su propia ruta, haciendo caso omiso a la falsa patriotería que aparece en redes sociales o medios de comunicación de México. Y no sólo esto, sino que también los siguieron (como leales escuderos) brillantísimos técnicos que han destacado en sonido o montaje. Y podría seguir con los de los millones de dólares que les esperan a estos amigos universales (sin nacionalidad cinematográfica, porque cada uno sigue fiel a su talento y creatividad). Sí, todos son mexicanos. Pero Cuarón dijo una gran verdad. “El cine mexicano es otro. Nosotros realizamos cine internacional y, por supuesto, somos chilangos algunos de nosotros. Otros, oriundos de otras partes de nuestro México”. Los felicito porque ninguno convirtió en caballo de batalla su nacionalidad.

La cinematografía moderna no conoce de nacionalidades

Me llené de júbilo (estaba en mi habitación en el Complejo Auberge, Esperanza, Los Cabos) cuando Alfonso Cuarón —con sus dos Oscares en la mano— profundizó sobre su filme y el gozo que había en toda la República Mexicana por los siete premios. Cuarón confesó: “Nos alegra su felicidad y apoyo, pero todo esto debían otorgárselo a otras cintas que se realizan en México, sobre temas del país y con la creatividad de nuestra gente”. Todo lo que le oímos a Cuarón, Lubezki, la propia Lupita Nyong’o (pregonó “El Oscar es mío”; sí, dice la verdad; ella nació en México, pero no se educó aquí ni realizó tampoco su carrera cinematográfica en nuestros estudios) se contradice con una rotunda verdad que inunda los festivales anuales o galas de países como Brasil, Argentina y México, que se han convertido en industrias de cine con un auge inusitado. En el caso de nuestro país, por obvias razones, tenemos proximidad geográfica con nuestros primos del norte. Ahora, estos países y sus figuras (al igual que India y China) sí dieron el salto. Ojalá sea el definitivo y continúen apareciendo talentos universales.

Aquí entra también el renglón amistad, porque me acuerdo cuando González Iñárritu mostraba su gran preocupación con el montaje de Amores perros (uno de los filmes que cosechó elogios a raudales) y que el talentoso y genial Guillermo del Toro resolvió cuando se encerró tres días en una sala de edición (“comiendo y cenando a lo grande”). Después salió de esas horas con la cinta como la conocemos. Por ende, termino mi comentario de los Oscares con un pequeño editorial: cuando el talento y el dinero (o la ficción financiera) se conjugan, aparecen obras como esta maravilla de Gravity. Y repito; en la carretera de la vida hay infinidad de sufrimientos, sudores, pruebas, etcétera, pero ¡nada de pasaportes como los quieren ver muchos de nuestros compatriotas!

¿Qué pensará Luis Téllez de la Bolsa Mexicana de Valores?

La BMV finalizó —hace unos días— con una caída de 1.07%, al ubicar a su principal indicador accionario en 38,605.62 unidades, ¡el nivel más bajo en casi nueve meses! Con este resultado, el IPC regresó a la banda de los 38 mil enteros, al perder 418.03 puntos. Y claro, 5.6% es la caída acumulada que reportó la BMV en lo que iba de febrero, lo que representó su mayor retroceso mensual desde septiembre de 2011. Este dato representó el nivel más bajo el 26 de junio de 2013, cuando en aquella jornada todo había concluido en 38,805.27 unidades. Y el contraste, el índice Nasdaq y Dow Jones. En Nueva York, subrayaba las ganancias de 0.10 y 0.13%, respectivamente. Por otra parte, me habían informado que el indicador de Standard & Poors 500 no había registrado movimientos con el cierre anterior.

El 58% de usuarios usan 2/3 líneas del Metro “para llegar al destino”

Me informaron que el PRI solicitó al GDF (léase: Miguel Ángel Mancera) que informe sobre las medidas implementadas para poner fin a la delincuencia en el suburbano de la capital. Si usted no lo sabe, se destinan 14 mil millones de pesos para el Metro (“sólo para este 2014”). Y claro, “entre robos, agobios y otros problemas que afloran en el Metro”, 8 millones de usuarios viajan en el Metro diariamente. Sé que 6 de cada 10 son empleados, estudiantes o ninis. 3 de cada 10 son profesionistas, comerciantes o amas de casa, y 1 de cada 10 es obrero. Otros datos: 26% de los pasajeros viajan al DF desde el Estado de México, y las “horas pico” son de 7 a 10, y de 17 a 20 horas. Por otra parte, 58% de los usuarios usan 2/3 líneas para llegar a su destino. Rodolfo Ríos Garza, procurador general de Justicia del Distrito Federal, me dijo en una entrevista para Excélsior TV lo siguiente: “Contamos con tres mil 944 cámaras en toda la red del Metro”. Para terminar con este tema, cito algunas de las actividades que realizan los que viajan en el Metro, durante los traslados: leer, comer y beber; asearse, escuchar música, chatear o hablar por celular y, finalmente, molestar deliberadamente a otros usuarios. Y hasta la próxima, ¡abur!