Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

12 Abr, 2014

Nuevos liderazgos

En la semana tuve la oportunidad de entrevistar al expresidente de Colombia Álvaro Uribe, quien participó en el Wobi on Leadership, un evento centrado en el arte de conducir personas hacia un objetivo común. Bajo este enfoque, el liderazgo del expresidente colombiano no es poca cosa, le tocó uno de los periodos de mayor complejidad para su país, con el reto de enfrentar a la guerrilla más antigua del mundo, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y al mismo tiempo, a las fuerzas paramilitares y a los cárteles de la droga.

Con esa solvencia con la que mostró su liderazgo, puede decir el ahora senador electo colombiano que América Latina muestra debilidad frente al gobierno de Nicolás Maduro y las violaciones y actos de autoritarismo de su gobierno en Venezuela.

Álvaro Uribe siempre se ubicó en las antípodas de Hugo Chávez y su visión de Venezuela se resume en la frase que me dijo en la entrevista, a propósito de su país vecino: “Las calles llenas de sangre, las cárceles llenas de disidentes, es un país sin seguridad en donde el Estado ha sido reemplazado por colectivos criminales creados por el mismo Estado”, por ello, le parece débil la posición de las naciones latinoamericanas que, según su opinión, se han tardado en rechazar de manera más enérgica al gobierno de Nicolás Maduro y que él no duda en calificar como dictadura castro-chavista.

Uribe dice que la única honrosa excepción es Panamá, por lo que en automático pone en el mismo grupo a gobiernos tan distintos como el de Cristina Fernández de Kirchner, como el de Sebastián Piñera, hasta hace poco presidente de Chile, o incluso al mexicano.

Tiene razón el expresidente colombiano en que en algunos momentos se hace indispensable una respuesta contundente ante actos evidentes de injusticia, y es lo que señala como falta de liderazgo de los presidentes latinoamericanos frente a los abusos de Nicolás Maduro.

Aunque un líder pragmático podría contestar que si el objetivo es ayudar al pueblo de Venezuela, vale más una intermediación que una fuerte declaración, al final, una confrontación directa le permitiría al sucesor de Hugo Chávez alimentar las llamas del nacionalismo bolivariano-chavista y la teoría del complot mundial que tanto parece gustarle a la izquierda latinoamericana. Al final, la inflación más alta del mundo que padecen los venezolanos será más contundente para derribar a Maduro que mil discursos desde la Organización de Estados Americanos o cualquier otro púlpito.

Como se puede apreciar, el liderazgo es un arte complejo y nunca hay respuestas fáciles y sencillas cuando se trata de las organizaciones humanas, ya sean países o empresas. Sin embargo, queda claro que el paradigma tecnológico empieza a incidir en las dinámicas de las empresas y las naciones. Las redes sociales, por ejemplo, hoy exigen menos jerarquía y más diálogo. Hoy, tanto en los países como en las empresas, hay menos tolerancia al abuso escondido detrás de la jerarquía, los ejemplos internacionales son múltiples, como en Egipto, Libia o la propia Venezuela.

En el Wobi on Leadership también hablé con el consultor Andy Cohen, quien considera que las empresas del siglo XXI tienden a ser menos jerárquicas y más horizontales ante un escenario de mucho dinamismo, en donde la tecnología va dejando obsoletos a los modelos de negocio y organizaciones, en general, lo que Cohen resume como “supuestos”, es decir, aquellas ideas fijas y prácticas inamovibles. Ejemplo, Kodak, que sucumbió totalmente como preservadora de imágenes ante Instagram, horizontal, fluida y atractiva al capital humano.

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