Chinos consumen goma de mascar hecha en México

 

En la planta de Mondelēz en Puebla, que se considera el centro productivo de goma de mascar más grande del mundo, también se elaboran los productos de las marcas Trident y Bubbaloo, aunque fue necesario invertir más de 10 millones de dólares para elaborar esta marca dirigida al mercado asiático.

 

Sin embargo, el proceso para iniciar la producción no fue sencillo, pues México tuvo que competir el año pasado con otras dos plantas para lograrlo, una en Tailandia y la otra, justamente, estaba en China, explicó Simone Knorr, directora de la planta.

 

 

Des esta forma la planta de Mondelēz ganó la batalla, pese a estar a miles de kilómetros de distancia, ofreció un mejor precio por kilogramo y pudo brindar la tecnología necesaria para satisfacer a los chinos: colocar caramelo entre dos capas de chicle.

 

Lo anterior ofrece atractivas oportunidades de crecimiento para la compañía, ya que la división de chicles frutales crece a un ritmo de 30 por ciento y gracias a esta nueva línea, las exportaciones de goma de mascar de la planta en ubicada Puebla representarán 35 por ciento de la producción total del centro, cuando antes alcanzaban el 30 por ciento.

 

 

Para seguir creciendo en China, la empresa fabricará otro producto que estará disponible en ese mercado a partir de 2015, mientras tanto la vista está puesta en "la línea de China", como la nombran los 20 empleados que le dan vida a la planta.

 

El proceso para hacer los chicles mexicanos para los chinos toma 18 minutos, desde que entra la goma con el sabor manzana-piña o fresa-cítricos, hasta que sale en cajas de seis pastillas.

 

El olor al momento de la elaboración es dulce y fresco, aunque pasados algunos minutos hay quienes no pueden disimular cierto picor en la nariz; así, de ser una gran masa verde, el producto se transforma en largas tiras que serpentean por una máquina que las corta para alcanzar el tamaño exacto y que puedan empaquetarse para cruzar el océano, asunto que requerirá de 10 semanas.

 

Aunque se hacen en México los gustos de los asiáticos en cuanto a goma de mascar se refiere, son muy distintos, reconoció Iran Soto, gerente de desarrollo de negocios.

 

Y es que, al probar el producto, se puede notar que su consistencia es más dura, aunque poco a poco adquiere la de un chicle como el que en nuestro país se acostumbra consumir.

 

 

En cuanto a los retos futuros y principalmente los de México, donde el chicle ya paga impuestos, el objetivo de la empresa será seguir innovando, para que el consumidor siga comprando sus chicles, muestra de ello fue el lanzamiento de una versión de chicles a peso y la reformulación de la marca Trident.

 

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