El cambio en el campo mexicano está en compartir el riesgo

Con la misión de construir una realidad más justa, más sana y más natural, Semina Boni Terra quiere apoyar a los productores agrícolas mexicanos
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Con la misión de construir una realidad más justa, más sana y más natural, Semina Boni Terra quiere apoyar a los productores agrícolas mexicanos. Foto: Thinkstock
Con la misión de construir una realidad más justa, más sana y más natural, Semina Boni Terra quiere apoyar a los productores agrícolas mexicanos. Foto: Thinkstock
CIUDAD DE MÉXICO.- Con la misión de construir una realidad más justa, más sana y más natural, Semina Boni Terra quiere apoyar al campesino mexicano.
 
A través de un modelo de negocio sustentable, basado en las economías de integración y aglomeración, estos emprendedores pretenden beneficiar principalmente a los productores de chía en la región centro del país, además de desarrollar una línea de alimentos funcionales.
 
Todo nace en el campo morelense, donde tres emprendedores se juntan para crear una sociedad de producción rural con un modelo de negocio sustentable en el cual se incluyan buenas prácticas económicas, sociales y ambientales. La producción, el procesamiento, la comercialización y la distribución de productos agrícolas y sus derivados, basados en principios de sustentabilidad son su fin.
 
Montserrat Castro, una de los tres emprendedores de Semina Boni Terra expicó en entrevista con Dinero en Imagen que en el campo mexicano "el productor corre el riesgo al cien por ciento y es él quien se encarga de trabajar la tierra (basándose) muchas veces en el precio".
 
Además, destacó: "hay un problema muy fuerte en México de 'coyotaje' en donde cierto grupo acapara ciertos productos y define el precio; va con el productor y decide cuánto comprarle y a qué precio, generalmente el precio es cada vez más injusto".
 
Ante tal situación, este equipo de emprendedores puso en marcha en el campo morelense un modelo de negocio llamado Riesgo Compartido. Así funciona:
 
  • Los emprendedores llegan al campo y presentan dos semillas a los productores: chía y amaranto
  • Una vez que los campesinos aceptan, éstos tienen que seleccionar una superficie para sembrar (no mayor a una hectárea en el primer año) y comprometerse a poner la mano de obra.
  • Una vez solucionado lo anterior, los emprendedores brindan asesoría y capacitación durante todo el ciclo de producción; además abastecen a los campesinos con insumos como semillas, abonos, análisis de suelo e insecticidas.
  • Después de cosechado el producto, se lleva a un centro de acopio para su limpieza y comercialización.
  • Una vez vendido se regresa al productor la parte equivalente a su inversión (alrededor de 35 a 40% del costo total de producción).
  • Además, la diferencia de Semina Boni Terra es que no compra, sino que se asocia con el productor y es entonces cuando después de comercializado el producto y después de recuperar cada parte su inversión, emprendedores y productores toman cada uno el 50% de las utilidades. Montserrat Castro así lo explicó: "No importa a quién le vendamos, el productor sigue siendo dueño de su producto". 
 
Hasta el momento Semina Boni Terra ha trabajado con 20 productores.
 
 
 
*livm

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