Recomendable frenar

Miguel Ángel Mancera y su equipo tienen un problema con el aumento al salario mínimo. Mucho más rápido que tarde el jefe de Gobierno y su equipo se dieron cuenta de que no se puede incrementar el salario mínimo fijado por la Conasami por decreto (un acto de voluntad política para no caer en discusiones semánticas) sin generar gravísimos problemas para la economía y en particular para los que menos tienen.

Primero descubrieron lo obvio. El salario mínimo no cumple con sus funciones constitucionales y ha perdido más de 70% de su capacidad de compra en los últimos 30 años.

Cualquier interesado en la economía más o menos conocía estos datos que se enfrenta a otro hecho. Cada vez menos mexicanos ganan el salario mínimo y se ha convertido más en una referencia o unidad de medida en más de la mitad de las leyes estatales y federales que se refieren a él.

Descubrieron algo también bastante evidente. Que si se quita el carácter de unidad de cuenta podría incrementarse, pero que debe hacerse un nuevo indicador y una comisión que se encargue de evaluarlo. La creación podría ser un trabajo conjunto de Banco de México con el INEGI; sin embargo, se tendría que generar un órgano de control o que alguna de estas dos instituciones tuviera la nueva facultad.

Usar las Udis o la inflación sería verdaderamente peligroso en épocas de descontrol económico que, contrariamente a lo que parece, son amenazas más cercanas de lo que suele pensarse. Una cadena de tres años de errores económicos y “mala suerte” podrían generar una nueva crisis. Imagine por un momento un gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador.

El gobierno de la Ciudad de México determinó que ellos pueden corregir el tema con sus trabajadores, pero que no tienen mucho más por hacer puesto que la única manera de aumentar los salarios reales (no únicamente los mínimos) es a través de una reforma que tenga que ver con la competitividad y productividad en el país, lo que implicaría una nueva Reforma Laboral.

Así las cosas, el gobierno de la Ciudad de México debería tomar ganancias y retirarse del tema. Lo que deben hacer es convencer al PRD que impulse el quitar al salario mínimo fijado por la Conasami su carácter de unidad de cuenta y dejar hasta ahí el tema. Desgraciadamente no hay condiciones para una reforma laboral de fondo.

Interacciones

Grupo Financiero Interacciones está verdaderamente claro en enviar mensajes que muestren la separación de negocios e institucional entre su expresidente del Consejo de Administración, Carlos Hank González, y la nueva gestión representada por Carlos Rojo Macedo.

Para presentar sus resultados financieros al cierre del tercer trimestre, están convocando a una conferencia de prensa que servirá mucho más para confirmar dos mensajes: Primero. No existe ninguna posibilidad de fusión con Banorte y, de hecho, llevarán caminos separados en los cuales se espera, incluso, duplicar el tamaño de la institución de crédito.

En tiempos como los que se viven no debe descartarse ninguna fusión o alianza entre bancos medianos para ir tomando una posición de mercado mucho más fuerte de cara a las nuevas formas de competencia en el sector que, contrariamente a lo que piensan algunos, cada vez tiene una lucha más encarnizada.

Segundo. Que esta institución, que tiene 20 años de experiencia, plantea un nuevo crecimiento abriéndose hacia nuevos nichos de mercado.

Como le hemos informado oportunamente en esta columna, Hank González renunció a Interacciones para integrarse al Consejo de Administración de Banorte y junto con Juan González dejar claro que este grupo se mantendrá en las mismas manos mexicanas que lo han tenido desde la privatización bancaria y que vencer la intriga de Guillermo Ortiz Martínez que, traicionando a sus patrones, buscaba quedarse con el banco apoyado por los fondos internacionales.

Del Cueto

Uno de los grandes hombres dentro de Banco de México es Roberto del Cueto Legaspi, puesto que no sólo ha recorrido un largo camino en el banco central sino que se ha destacado por su conocimiento del sector bancario y la regulación adecuada.

Bueno, pues resulta que ayer la Secretaría de Hacienda informó a través de un comunicado que el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, había propuesto al Congreso de la Unión, a Del Cueto para otro periodo de siete años como subgobernador del Banco de México.

La realidad es que no se ve en el panorama ningún tema que pudiera complicar la ratificación de uno de los hombres más positivos para el banco central de los últimos años.

Tensiones

Hay funcionarios de la Secretaría de Hacienda quienes asumieron la posición de vencedores por los temas que tienen que ver con la banda de 700 MHz. Más valdría que lo pensaran dos veces: de entrada, quién o quiénes ganan con una disputa entre funcionarios de la SCT y de Hacienda, las cuales son encabezadas por hombres sumamente cercanos al Presidente de la República.

Los que buscan minar a las autoridades son aquellos que se han visto afectados en sus negocios o posición personal como resultado de la reforma constitucional a las telecomunicaciones.

En esta columna y algunos otros medios se advirtió de que crear un consorcio con la premura y las condiciones fijadas sonaba a un negocio más grande que sacarse la lotería, puesto que la Secretaría de Hacienda está entregando una red, como lo señala el presupuesto, a un precio de por lo menos 60 centavos por cada dólar que podría valer una de las redes más atractivas del mundo.

Juan Ignacio Peralta, subsecretario de la SCT, ha tomado una buena serie de decisiones para transparentar el proceso a través de dar vista al Instituto Federal de las Telecomunicaciones, presidido por Gabriel Contreras, y han aclarado hasta donde se ha podido el procedimiento.

De entrada, es un hecho que se tiene que comenzar este mismo año y que la red deberá estar operando antes de que termine la presente administración; sin embargo, hay indicios de que aquellos quienes querían salir de pobres con una concesión de este tipo simplemente no podrán.