¿Cuál es la política de la OPEP con el petróleo?

Importantes países productores de crudo, instituciones financieras a escala global y analistas del sector parecen haber capitulado y se han alineado con un escenario a la baja en el precio del energético
Economía -
Abdullah al-Badri, secretario general de la OPEP. Foto:  Reuters
Abdullah al-Badri, secretario general de la OPEP. Foto: Reuters

Por José MIguel Moreno*

El inesperado y abrupto derrumbe del precio del petróleo sigue dando mucho de qué hablar. De hecho, hay nerviosismo en los mercados financieros.

Venezuela, uno de los fundadores de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), organismo que bombea en torno a 40 por ciento del crudo mundial, exige convocar una reunión de emergencia para tratar el tema. El país latinoamericano, que durante buena parte del siglo XX fue el mayor productor y exportador de petróleo y cuya dependencia del crudo es excesiva, pierde ingresos y, sumido en una gran crisis, ya no puede pagar toda su deuda, por lo que de momento está honrando sus compromisos con los inversionistas internacionales, pero ha postergado los pagos con el sector privado local. Ecuador, otro país perteneciente a la OPEP y cuya recaudación está altamente ligada al petróleo, también atraviesa problemas.

Desestiman descensos

Sin embargo, la visión de revertir de forma urgente la tendencia a la baja del precio del petróleo no la comparten otros miembros de la OPEP. Es el caso de Arabia Saudí e Irán, que sostienen que tal y como estaba previsto, se reunirán en Viena el 27 de noviembre, rechazando la convocatoria urgente que propone Venezuela. Pero además, y para desesperación del presidente venezolano Nicolás Maduro, dicen estar “cómodos” con el actual nivel del precio del petróleo: pese a los reclamos venezolanos, no pretenden anunciar, cuando se reúnan a finales de noviembre, una reducción en el suministro del crudo para propiciar un alza en las cotizaciones que alivie la situación de las finanzas públicas. De hecho, Irán empieza ya a elaborar un presupuesto basado en un precio del barril de entre 70 y 75 dólares.

Oferta del fracking

¿Qué pretenden Arabia Saudí e Irán con un precio del petróleo más barato? Al parecer, y en palabras del secretario general de la OPEP Abdullah al-Badri, expulsar del mercado la producción petrolera generada a través de la técnica del “fracking”. Es esa técnica la que ha propulsado el bombeo de crudo en Estados Unidos y ha provocado un exceso de oferta, derribando los precios del petróleo.

La semana pasada, la producción en Estados Unidos fue de 8.97 millones de barriles al día, la más elevada desde enero de 1983, según datos de la Administración de Información de Energía (EIA, por sus siglas en inglés).

Pero según las estimaciones de la OPEP, para que la producción petrolera obtenida a través de la técnica del “fracking” sea rentable se precisa un precio del barril de entre 90 y 100 dólares.

Ajustes de mercado

Su estrategia es que si el precio del crudo se mantiene por debajo de esos niveles por un periodo sostenido, la actual producción de petróleo extraída bajo la técnica de “fracking” se reduzca a la mitad, y la oferta energética se vuelva a ajustar a la demanda.

Si la OPEP descarta una reacción inmediata a la reciente caída del crudo, si su intención es producir en 2015 en torno a los 30 millones de barriles al día que bombea actualmente,  y si su estrategia resulta acertada, es de esperar que el precio del barril se estabilice en los actuales niveles, con un piso de 80 dólares para el West Texas Intermediate (WTI) y otro de 85 dólares para el Brent, la referencia europea, lo que ha implicado caídas cercanas a 25 por ciento respecto a sus máximos de junio.

Descensos adicionales en los precios del petróleo presionarían en demasía los presupuestos públicos de los países de la OPEP y sí implicarían una respuesta de la organización, que anunciaría un recorte en la producción. Pero al mismo tiempo, tampoco cabe esperar un rebote: precios más elevados incentivarían la producción mediante la técnica del “fracking” y, al parecer, lo que la OPEP pretende en el corto plazo es castigar a ese tipo de productores aprovechando, sobre todo Arabia Saudí, que sus costos de producción son mucho más bajos.

Abonan los cambios

Los principales bancos y analistas parecen haber capitulado y se han alineado con ese escenario: el precio del crudo no caerá mucho más, pero tampoco cabe esperar un repunte en el corto plazo. De momento, tendremos que digerir ese desplome de 25 por ciento y aprender a convivir con él. De hecho, Goldman Sachs ha sido el último en unirse al corifeo de bancos, junto con  DeutscheBank, Citigroup, Bank of America y Barclays, que han reducido sus pronósticos para el precio del petróleo. Para Goldman, el precio del barril de WTI será de 75 dólares en el primer trimestre de 2015 comparado con un pronóstico previo de 90 dólares, y para el Brent lo estiman en 85 dólares contra una estimación anterior de 100 dólares. Ambas referencias podrían ceder otros cinco dólares adicionales durante el segundo trimestre.

Lo que sorprende de la estimación de Goldman es que, siendo una institución que generalmente se ha caracterizado por sus pronósticos “bulls” o alcistas con el precio del petróleo, es ahora el más pesimista. Los 85 dólares que prevé para el Brent durante el primer trimestre del año que viene contrastan con 88 dólares que estima DeutscheBank, incluso con la cotización de 92 dólares que tiene el Grupo financiero Citigroup. 

Riesgos

Frente a ese escenario base, hay riesgos a la baja y al alza en el corto plazo. El primer riesgo a la baja es que no se sabe con certeza el precio del petróleo al que los productores del método de “fracking” de Texas y Dakota del Norte, o las compañías que extraen en aguas profundas, recortarían sus inversiones o cerrarían sus pozos por no ser rentable. La OPEP calcula que para que obtengan un beneficio precisan un precio de entre 90 y 100  dólares, pero algunos analistas estiman que sólo se verían afectados si se redujeran por debajo de 75 dólares por un periodo sostenido. Y ese nivel aún no se ha alcanzado. 

El otro riesgo a la baja es que la recuperación global tropiece y, por consiguiente, la demanda de petróleo se resienta aún más. Los pronósticos actuales son que el crecimiento de la demanda de crudo en este año sea la más baja desde 2009, cuando la economía mundial estaba sumida en recesión.

Además de que la desaceleración de China y el estancamiento en las economía de Europa tienen gran parte de la culpa.

Incluso, la situación se puede complicar aún más, una vez que la Reserva Federal de Estados Unidos, tal y como anunció ayer, concluyó su programa de compra de activos dentro de su proceso de normalización monetaria, dejando la puerta abierta para una subida de tasas tan pronto lo crean conveniente.

Incertidumbre geopolítica

Por otro lado, el principal riesgo al alza son los conflictos geopolíticos, sobre todo en Irak, donde los yihadistas del Estado Islámico podrán amenazar la producción petrolera del sur del país. Sin embargo, el conflicto sigue concentrado en el norte, y la intervención de Estados Unidos y de sus aliados ha contenido la posibilidad de extenderse al sur, donde se encuentra la mayor parte de las reservas petroleras. 

Pero el asunto del petróleo y de la evolución de sus precios es de vital importancia. México tampoco ha escapado a su maldición: el Senado, ante la tendencia a la baja del precio del petróleo, se vio abocado a reducir de nuevo el precio presupuestado para la Ley de Ingresos de 2015 a 79 dólares, o dos dólares menos de lo aprobado por la Cámara de Diputados.

Eso supondrá una reducción de ocho mil 300 millones de pesos en los ingresos presupuestados para el año que viene.

Pero además, la caída del crudo encarecerá la cobertura petrolera al aumentar la prima que tendrán que pagar por las opciones de venta o “PUT”.

A su vez, la balanza petrolera se ha venido deteriorando. Las exportaciones petroleras se han reducido, durante el periodo de enero a septiembre, 8.6 por ciento respecto al mismo lapso del año pasado.  En consecuencia, el superávit comercial petrolero se ha reducido 40 por ciento para situarse en dos mil 750 millones de dólares.

Finalmente, la Ronda Cero dejó en manos de Pemex los pozos en los que el costo por barril es más barato, dejando a la inversión extranjera los yacimientos más caros.

La OPEP, mediante esa política de reducir el precio del barril para eliminar la rentabilidad de las extracciones más costosas podría reducir el atractivo de la Reforma Energética y las futuras inversiones foráneas en el sector.

* Director de llamadinero.com

 

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