Liverpool y la doble moral

En su página de internet la cadena de tiendas departamentales Liverpool tiene un apartado denominado Responsabilidad Social en el que se puede apreciar un subtema definido como Ética Empresarial en el que la compañía  establece que: “En Liverpool la formación de nuestro personal, la relación con clientes, público en general, así como toma de decisiones, se apegan al código de ética de la empresa, normas y reglamentos internos ”. Nada más alejado de la realidad.

El 17 de diciembre la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) emitió un comunicado en el que dio cuenta de una denuncia en contra de ejecutivos de la tienda, debido a que habría incurrido en encubrir un homicidio. La víctima fue Angélica Trinidad Romero, empleada de Liverpool cuyo cuerpo fue encontrado en la tienda ubicada en el centro comercial Perisur, en la capital del país, la mañana del 16 de noviembre. Al descubrir a la mujer asesinada, la gerencia de la tienda decidió contactar a un médico particular y luego una funeraria para trasladar el cuerpo sin dar aviso a las autoridades y engañando a los familiares diciendo que Angélica Trinidad habría muerto de un paro cardiaco. La PGJDF estableció que la empleada de 24 años, madre de una niña de dos años, murió por estrangulamiento.

La gerencia de Liverpool y su departamento jurídico probablemente cometieron un delito grave al obstruir a la justicia y entorpecer una investigación por homicidio lo que refleja una falla contundente del código de ética que evidentemente no ha permeado en la organización. Muchas compañías tienen empleados miopes, torpes e incluso deshonestos, sin embargo, cuando estas empresas detectan que sus empleados incurren en un delito o en un error grave lo reconocen rápidamente, los equipos de crisis dan respuesta y altos ejecutivos de la compañía salen a fijar una postura y tratar de enmendar el error. En Liverpool eso no ha ocurrido lo que refleja que en la empresa hay una doble moral y el código de ética y la Responsabilidad Social son únicamente bonitas etiquetas sin más consecuencia que guardar las apariencias. A Liverpool le va muy bien, su reporte del tercer trimestre registró un crecimiento en ventas en unidades abiertas por más de un año de 7% a tasa anual, sus ingresos totales ascendieron a 17 mil 410 millones de pesos. Ojalá que esos resultados fueran acompañados de una práctica ética de clase mundial, la empresa que dirige Max Michel no puede permitir tener una cultura organizacional que resulte el encubrimiento de un homicidio. Al no fijar una postura pública y plantear cambios, Liverpool haría bien en desaparecer  su área de responsabilidad social. 

Alsea muy apalancada

Para Alsea 2014 ha sido un año de fuertes adquisiciones lo que elevó su apalancamiento por encima de los niveles esperados por algunos analistas lo que generó que Fitch Ratings bajara su calificación a finales del mes pasado. De acuerdo con los elementos citados por Fitch, la operadora de restaurantes se desenvuelve en un mercado muy competido dependiente de los ciclos económicos y con exposición a la volatilidad en los precios de las materias primas. El inicio de 2015 se va configurando como un año lento en materia de consumo y el apalancamiento de Alsea  amenaza con convertirse en un lastre que podría ponerla en riesgo.

2015 caída de valor de Mifel

Esta semana que termina el Banco Walmart fue comprado y marca el inicio de la tendencia de consolidación del sector que se desplegará en 2015. Las compras y movimientos involucran tanto grupos financieros grandes como bancos de nicho, en este último segmento Mifel saldrá afectado dado que la incapacidad de llegar a un acuerdo para atraer capital fresco a través de un nuevo inversionista disminuye su valor y coloca a la entidad en una situación más desesperada en la que tendrá que aceptar una valuación más baja a cambio de la indispensable inyección de capital.

Esta columna volverá a publicarse el 6 de enero. Felices fiestas.