El cáncer en cifras, y luego…

México tiene el enorme reto de la sustentabilidad financiera y económica para afrontar la epidemiología del cáncer. Por ejemplo, el impacto en la productividad por mortalidad del padecimiento se calculó en 36 mil 500 millones de pesos en 2010, con una proyección de aumento a 50 mil 500 millones hacia 2020, de acuerdo a las cifras de la Unidad de Análisis Económico de la Secretaría de Salud.

En el Informe Mundial sobre el Cáncer 2014, que publicó la Organización Mundial de la Salud, se señala que, en 2012, la carga mundial por la enfermedad alcanzó los 14 millones de casos nuevos por año, cifra que se prevé aumente a 22 millones anuales en las próximas dos décadas.

En dicho reporte, se dice que los tipos de cáncer que provocaron un mayor número de decesos en el mundo fueron los de pulmón, hígado y gástrico. Se prevé que las muertes por el padecimiento aumenten de 8.2 millones de casos por año, hasta llegar a 13 millones de defunciones en 2030.

En México, cifras del INEGI, al mando de Eduardo Sojo, advierten que, de 2000 a 2013, el número de defunciones por ocho tipos de cáncer fue de 479 mil fallecimientos. Destacan el cáncer de pulmón, con 93 mil; cáncer gástrico 72 mil y el de próstata con 69 mil muertes.

Asimismo, el INEGI revela que el cáncer de mama y el cérvico-uterino se colocan en cuarto y quinto lugar, con 63 mil y 57 mil  muertes, respectivamente.

Cifras por demás alarmantes. De ahí que el diagnóstico temprano está ligado a un impacto positivo en sobrevida y resultados en salud.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Cancerología, en México el diagnóstico de cáncer es tardío y en etapas avanzadas de la enfermedad, lo que conlleva un tratamiento de alto costo, no sólo económico sino también personal y familiar.

Por lo tanto, la mejor respuesta es un esfuerzo multisectorial para que la prevención y la detección oportuna de cáncer sean los pilares para abatir la mortalidad por este padecimiento.

Por lo pronto, México está dentro de los países que concentran a más personas, de entre 20 y 79 años, con enfermedades crónicas degenerativas, al igual que China, India, Estados Unidos, Brasil y Rusia.

De ahí que firmas como Lilly, retoma un impulso por demás importante. Prueba de ello es que la dirección de México al mando de Carlos Bolaños, es ahora responsable de las operaciones de América Latina, con el objetivo de mejorar operaciones y productividad.

Además mantendrá en doble dígito la inversión destinada a investigación y desarrollo de nuevas moléculas para atender padecimientos como la diabetes, el oncológico y padecimientos del hombre.

Interesante ver la génesis de esta empresa que reacomoda sus piezas en pro de seguir avanzando en el mundo de la medicina de prescripción. Todo ello sin bajar la guardia o expandirse a segmentos como son los genéricos u OTC.