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CIUDAD DE MÉXICO.- ¿Por qué habría de ser un beneficio consumir productos orgánicos si de cualquier forma en los alimentos que no lo son podemos encontrar los nutrientes que necesitamos?
La respuesta depende desde qué óptica se le mire.
Para el ser humano:
Para el planeta:
Para la economía:
Así que... ¿por qué no?
Además de mejorar nuestra salud podemos participar en el desarrollo de comercios y economías sustentables donde desde el productor hasta el consumidor final ganan a lo largo de la cadena, sin que uno reciba poco por su trabajo y sin que el otro pague de más por productos de dudosa calidad.
En este sentido, Guadalupe Latapí, fundadora de la comercializadora de productos orgánicos Aires del Campo, explicó que emprender en un mercado prácticamente inexistente hace ya casi 14 años fue un reto totalmente difícil.
El reto principal de Aires de Campo fue crear una red de productores orgánicos y aprender a clasificar y distinguir entre una granja familiar, una cooperativa o una pequeña o mediana agroindustria. Los primeros cinco años se dedicaron a recorrer y reconocer a los productores potenciales”.
Fuimos los pioneros en abrir los corners o esquinas orgánicas en autoservicios y lograr convencer al comprador que el mercado nacional y producción nacional también merecían una oportunidad contra los productos importados”.
Y es que de acuerdo con datos de Impulso Orgánico Mexicano, el crecimiento de cultivos orgánicos en el país pasó de 85,000 hectáreas en 2000 a 352,000 hectáreas en 2012, y de 34,000 productores dedicados en 2003, a más de 170,000 en 2013.
En contraste, de 2012 a 2013, la red de productores incrementó más de 100% la superficie de manejo orgánico, pues pasó de 20,000 a 41,000 hectáreas; según datos proporcionados por New Ventures.
Para Latapí las ventajas de ser pionero en un mercado poco explorado en México es que “puedes experimentar con productos muy nuevos y donde casi no hay competencia, y puedes colocarte como líder de mercado”.
En tanto las desventajas siempre se centrarán en ir “contra corriente”. De lo más difícil para ella fue “educar al consumidor y generar una consciencia en su forma de consumir en cuanto a los tres ejes de consumo que son salud planetaria, salud social y salud ambiental”, además de lograr un equilibrio entre la oferta y la demanda del producto para que no pare la producción y siga creciendo el negocio.
El mercado de los productos orgánicos, según datos Euromonitor, tuvo un valor en 2012 de 67,000 millones de dólares, con una proyección de crecimiento para el periodo entre 2011 y 2016 estimada en 8.8% y un valor de 102,000 millones de dólares.
Al día de hoy Aires del Campo es la primera empresa de comercialización y distribución de este tipo de productos en México que puede presumir de estos números:
Pero lograrlo no ha sido fácil, la emprendedora recomienda lo siguiente a todos aquellos que quieran iniciar un negocio en este mercado (que promete mucho para la salud personal, mundial y económica):
*livm
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