Marielena Vega

Estrategia de negocios

Marielena Vega

6 Abr, 2015

Agua, asunto de Estado

Ya que la problemática del agua no sólo es de definir si se construye un aeropuerto en el único arrecife que hoy día se tiene para abastecer de agua a la Ciudad de México o no, se trata de un verdadero tema que debería convertirse nacional.

Donde no sólo el gobierno de Enrique Peña Nieto debe tomar cartas en el asunto, sino entidades municipales, estatales, además de éstas, así como delegaciones dado que estas autoridades en muchos casos son la gran traba para que se den pasos en pro de establecer mejores mecanismos de abastecimiento y suministro de agua.

El problema no es menor, si consideramos que 40% del agua potable se desperdicia, debido a que hay una gran falta de herramientas y la cultura del ahorro del agua es mínima.

Se hablan de inversiones millonarias que en la realidad no se cuenta con ellas, de ahí que las alianzas entre gobierno e iniciativa privada serían la estrategia a seguir, así como la eliminación de subsidios, con la finalidad de que se construyera una verdadera cultura del agua. Es decir, que las personas paguen por el consumo o desperdicio de agua.

Pues en la actualidad, la disparidad del cobro por consumo de agua es enorme, prueba de ello es que, mientras, en Monterrey se pagan por metro cúbico 24 pesos, en el DF el costo es de apenas tres pesos, cuando el costo real anda en el orden de los 15 pesos.

Recursos que se podrían destinar para la instalación de plantas residuales, la modernización de plantas actuales y la puesta en marcha de las plantas del acueducto de Necaxa e Hidalgo, además de establecer alternativas para la recolección del agua, la cual, en la actualidad simplemente se desperdicia.

O cómo explicar que 70% del agua del subsuelo se está terminando debido a la impermeabilización que ha causado la urbanización, la cual no permite que el agua de lluvia concluya su ciclo de recolección, quedándose en su mayoría en el suelo para ser evaporada.

De ahí las necesidades de recarga en los mantos acuíferos, equivalentes a cuatro veces la capacidad actual.

Y aun así no parece que alguien tome conciencia de la problemática que ya se tiene en zonas populares, donde el escasez del agua es el pan de cada día y las pipas de agua la salvación.

Esperemos que verdaderamente se voltee a ver con seriedad el tema del agua, de los lugares que se tienen en la actualidad, de la problemática que ya se tiene y de la que se avecina, pero sobre todo de las medidas que se pueden tomar en el corto plazo para evitar catástrofes en el largo plazo. De lo contrario, el costo será más alto que el mismo Fobaproa.

Así que esperemos que tanto autoridades en todos los niveles en conjunto con el sector empresarial manden señales claras de la responsabilidad que todos los mexicanos tienen en el tema.

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