Decálogo para la Reforma Fiscal

Un decálogo que ajuste la reciente Reforma Fiscal, en pro de mejorar la recaudación a través de menos afectaciones a los contribuyentes, es lo que propone el sector empresarial a través de sus cúpulas.

Y es que hablar de pagar impuestos podría ser uno de los tres primeros temas más molestos de los mexicanos, debido a que cada vez son menos los contribuyentes que se encuentran en la economía formal y son a quienes se les sigue ampliando la carga fiscal sin que, a decir de la historia, haya grandes beneficios.

De ahí que el sector empresarial haya comenzado a dialogar con el SAT, al mando de Aristóteles Núñez, para trabajar de la mano de Hacienda, que dirige Luis Videgaray, con el objetivo de que se modifiquen puntos fiscales que se consideran esenciales, haciendo énfasis en la regulación y aquellas zonas que resultan poco recaudatorias y que dan pie a la irregularidad de los contribuyentes cautivos.

Situación que podría ayudar a que el programa de incorporación de la economía subterránea a la formalidad, tenga mayor efectividad. No hay que olvidar que el costo por no llevarlo a la realidad ya representa más de 300 mil millones de pesos.

La propuesta es que la tasa del ISR tienda a disminuir a cambio de inversiones y, de esa manera, se deje de ahogar a diversos sectores vía el IEPS y dejar a un lado el acotamiento de beneficios para hacer deducibles, como son los rubros de salud y vivienda.

A fin de cuentas, el SAT ya traía un esquema de supervisión tan amplio que podría saber cuándo, dónde, a qué hora y qué compraba un  contribuyente, vía cualquiera de sus tarjetas bancarias.

Otro punto que también se ha tratado, en pro de flexibilizar, es el tema de la facilidad en la presentación de declaraciones, pensando en las pymes, así como en poner beneficios fiscales a quienes demuestren que están reinvirtiendo, o en pleno desarrollo, con el objetivo de no contribuir a que las empresas que están iniciando no cierren su puertas, sin pasar de los dos años de vida, o bien, ahogar a las que están en las grandes ligas.

De lo que se trata es de enfrentar el gran endurecimiento en materia fiscal que está ocasionando nuevos esquemas a la evasión.

NAICM en firme

Desde la presentación del proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el gran reto ha sido conocer si el suelo y el subsuelo del terreno elegido es viable para la construcción de infraestructura de este tipo.

La UNAM, por medio del Instituto de Ingeniería (IIUNAM), estudiaron a fondo la zona y han demostrado que el vaso del antiguo Lago de Texcoco es, sin duda, un sitio idóneo para construirlo y, además, representa la oportunidad de proyectar el alto nivel de la ingeniería mexicana.

Pero resulta que los estudios de más de 30 expertos del IIUNAM, donde destacan los especialistas Roberto Meli Piralla y Manuel Mendoza, demostraron que  los valores de hundimiento por año varían entre los .06 y .08  metros al año, que es muy inferior a los .24 y hasta .45 del resto de zonas del centro de la capital, o incluso del actual aeropuerto.

La labor del Instituto de Ingeniería de la UNAM ha sido de vital importancia en este proyecto, al ser los encargados de asesorar, vigilar, proyectar y supervisar las pruebas, tanto para los diseños de estructuras de aire —pistas, calles de rodaje y plataformas— como de piso. No obstante, aún no se dice la última palabra al respecto.