Saca la casta IP en turismo

Se espera que, con ayuda del crecimiento económico estadunidense, la industria del turismo siga subiendo. Lo cierto es que, aunque ya no ha recibido reveses, tampoco ha dado grandes pasos a nivel nacional.

Es una realidad que se requiere de más apoyo nacional y municipal, para que el turismo pueda mantenerse como la gran promesa que puede hacer detonar la economía mexicana.

No se trata de inventar el hilo negro en materia de turismo, sino de reformular el modelo actual, tanto a nivel nacional como internacional; mejorar y promover el producto turístico en lo económico, social, territorial, de gestión y cultural.

Incrementar paulatinamente, pero al 100%, los fondos para la promoción nacional e internacional a través de los recursos del Derecho de No Inmigrante (D.N.I.) y de los impuestos al hospedaje. Se requiere consolidar los destinos turísticos ya existentes, a partir del trabajo conjunto entre la federación, gobiernos estatales, municipales, la iniciativa privada y los sectores laboral y social. Adicionalmente, se requiere diseñar una política aeronáutica que sea acorde a las condiciones de la industria nacional.

Porque, si bien es cierto, al interior del DF se han venido dando pasos importantes en la materia, tras la trayectoria del titular Miguel Torruco, la realidad es que se necesita de sumar esfuerzos por parte de autoridades municipales y nacionales, para que los frutos tengan mayor impacto en la economía nacional.

Por lo pronto, Starwood, al mando de Marcelo Moretti, en México, mantiene su planeación de largo plazo, apoyándose en estrategias como el esquema de franquicias u asociaciones. De ahí que su crecimiento para 2018 está planeado en nueve unidades, que se sumarán a las 29 que actualmente administran, bajo ocho de las diez marcas internacionales. Eso posiciona a México como uno de los lugares más atractivos de América Latina,  donde ostenta tres hoteles de lujo.

De hecho, Starwood, eligiendo el camino de la franquicia, pudo hacer que el hotel Las Alcobas diera un gran paso. Dicha estrategia, incluso, impidió que el empresario mexicano Samuel Leizorek, llegara al declive total. Y aunque su operación tiene como ancla el restaurante Dulce Patria, y el manejo de imagen del hotel, en su apertura, hace cinco años, había sido muy bueno, la realidad es que no había alcanzado el prestigio que se requiere para estar en las grandes ligas. Y aunque su director sigue siendo el mismo, Starwood ha hecho que el hotel vuelva a estar en los altos estándares del turismo.

Cabe señalar que, ante el declive de las remesas y el desgaste del sector petrolero, el turismo asoma como la alternativa económica, laboral y de desarrollo, si se aprovecha la gran riqueza que se tiene en territorio nacional. Esperemos que la buena relación que hay entre la Secretaria de Turismo, de Claudia Ruiz Massieu y la Secretaría de Turismo del DF, bajo la dirección de Miguel Torruco, después de las elecciones, fructifiquen.

Recordemos que el tiempo apremia y, lejos de sumar medallas independientes, se requieren de trofeos nacionales. La voluntad política se tiene, los esfuerzos de la iniciativa privada están latentes, sólo falta la fortaleza y certeza jurídica de parte de las autoridades. ¿Será mucho pedir? Ojalá que no.