Un día sin agua

El gobierno del DF, al mando de Miguel Ángel Mancera, a finales del año pasado, comenzó un programa de cambio de tuberías, para evitar fugas de agua y que ésta rinda más a la población. La inyección de capital para hacerle frente a las necesidades de agua en territorio nacional, no sólo en el DF, asciende a más de 300 mil millones de pesos. De ahí que la participación de los gobiernos federal, estatal y municipal sea prioritaria.

Ya se trabaja para que dicho proyecto se lleve a la realidad, de acuerdo al programa que dio a conocer el gobierno de Enrique Peña Nieto. En dicho esquema se plantean modificaciones a la legislación, que permitan la construcción de nuevas plantas de tratamiento de agua, por parte de autoridades municipales, estatales y gubernamentales.

A decir de Alberto Helguera, presidente del Instituto Latinoamericano de Calidad del Agua, de consolidarse dicho proyecto, se podrían revertir los números que hoy existen.

Hoy, sólo se trata el 20% del agua que se descarga en ríos, lagunas y presas. El otro 80% del agua que se descarga se obtiene tal cual sale de las ciudades, lo que implica contaminación al campo y agua de mala calidad.

Si bien es cierto que la lluvia reconstituye lagunas, ríos y presas, cuando las ciudades toman el agua tratada, sólo se aprovecha 40%, y lo demás se desperdicia en fugas y mal manejo. Una cosa es cierta: el programa será viable si todos los gobiernos —estatales, municipales, federales— y la iniciativa privada deciden tomar el agua como un tema vital.

ATÚN EN DISYUNTIVA

Mario Aguilar, titular de Conapesca, sacó la casta y logró un acuerdo equitativo para las tres empresas atuneras mexicanas: Acuacultura de Baja California, Baja Aqua Farms y Servax Bleu. Se sabe que hubo tensión en el trayecto del viaje y amenazas de algún tripulante de pararse de la mesa y tirar todo por la borda. La tarea no era fácil: bajar de cinco mil a tres mil toneladas la captura de atún aleta azul, a la que México se ha comprometido este año en la Comisión Interamericana de Atún Tropical (CIAT).

Parecía fácil sentar a los tres grandes y convencerlos de que, ante todo, se buscaba que la industria y el gobierno mexicano salieran ganando con una pesca responsable que garantizara la conservación de este túnido. Y sí, por fortuna, todo llegó a buen puerto.

EN LOS PASILLOS

Un tema que no parecía polémico en el mundo farmacéutico, podría tomar tintes interesantes, con el objetivo de que no se den irregularidades en el proceso de decisión sobre la inclusión o no, de un medicamento en instituciones públicas de salud.

Resulta que los senadores panistas Pilar Ortega Martínez y Francisco Búrquez Valenzuela sometieron un punto de acuerdo para su estudio y dictamen, ante la Segunda Comisión de la Comisión Permanente, para  transparentar el Acuerdo de Asociación Transpacifico que, actualmente, negocian Estados Unidos, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá y países latinoamericanos como México, Perú y Chile.

Parece que en los capítulos que componen este acuerdo, el borrador correspondiente a la ‘Transparencia en asistencia médica’, es preocupante, debido a que puede “permitir crear incentivos perversos a mayor cabildeo y, en consecuencia, mayor corrupción, generando condiciones anticompetitivas y encareciendo los precios de los medicamentos”.