Marielena Vega

Estrategia de negocios

Marielena Vega

28 Jul, 2015

Estado y empresas, ¿responsables?

¿Quién es responsable de los ingresos en la vejez? La respuesta en principio es el Estado, que está obligado a proporcionar bienestar a su población estableciendo los mecanismos para privilegiar la generación de empleos dignos que permitan un salario  suficiente como para que el trabajador pueda ahorrar. Pero, también el patrón tiene una responsabilidad en la vejez por ser beneficiario del trabajo, por lo que debería participar en la generación de ingresos en este rubro, a través del establecimiento de planes privados de pensiones.  Al final, el que envejece es el trabajador y deberá afrontar su responsabilidad procurando un ahorro para ese momento. Proceso virtuoso de identificación y aceptación de las correspondientes responsabilidades, acompañado de las acciones que deriven en un mayor bienestar compartido,  se cumple sólo para un grupo relativamente pequeño de trabajadores.

La Consar, presidida por Carlos Ramírez Funtes, tiene registrados sólo 1930 planes privados de pensiones contra la existencia de más de cinco millones de establecimientos (Censos Económicos, Inegi), lo que nos permite inferir muchos puntos sobre las empresas y los establecimientos. Lo significativo de este punto, dice Carlos Lozano Nathal, especialista en el tema, es que de acuerdo con la misma Consar, el monto de los fondos de esas 1930 empresas asciende a casi 500 mil millones de pesos, lo que no es una cantidad menor y que constituye ahorro interno, además, esa misma estadística informa que están cubiertos más de un millón 200 mil trabajadores, no es una cantidad menor de vidas que gozan y también sufren.

Por otra parte, llama la atención que para generar la gran cantidad de recursos existentes en los fondos privados de pensiones, la promoción del Estado ha sido prácticamente nula en comparación a las campañas del gobierno para promover a las Afores, de lo que puede desprenderse que las empresas podrían ser un actor que ayude en forma mucho más importante de lo que podemos suponer. Simplemente por las ventajas que las empresas pueden obtener mediante estímulos fiscales, lo que lleva a pensar que las autoridades deberían restablecer la deducción de las aportaciones de las empresas a 100% y que nunca debieron haber lastimado un estímulo tan beneficio al reducirlo a su actual 53%, esto inhibe un generador de ahorro interno de importancia mayúscula en contra del país mismo.

Los empresarios, también, son grandes beneficiarios de los planes privados de pensiones. También envejecen y podrán tener ventajas de ingresos importantes, además de los de la seguridad social, que les permitirán heredar sus empresas con bases financieras más sanas por distribuir mejor los costos entre diferentes generaciones.

Países como Reino Unido y otros europeos, desarrollan actualmente el debate de cómo lograr que los empresarios establezcan más planes privados, de cómo lograr que los trabajadores ahorren más y cómo lograr que el Estado sea efectivo en la construcción de esa cultura ¿Y en nuestro país?

En la actualidad, los planes privados de pensiones no se han desarrollado como antaño debido a diferentes presiones, especialmente la económica, que afecta los costos de producción de las empresas en un entorno de globalización y alta competitividad.

Esto produce que las empresas estén más preocupadas por su supervivencia, manutención de su rentabilidad o simplemente en su preparación para el futuro y por ello algunos aspectos laborales han pasado a segundo término, situación que ha sido reconocida por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) cuando manifiesta la necesidad mundial de proporcionar un “Trabajo decente para todos”, o de otra forma, eliminar la precarización del trabajo.

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