Revisiones laborales

Todos los programas para fomentar el crecimiento y la generación de empleos deben seguir, pero se debe comprender que no es la Secretaría del Trabajo, al mando de Jesús Alfonso Navarrete Prida, la que genera el empleo, sino las empresas. De ahí la importancia de voltear a cada institución y empresas cómo se debe.

Para que participe cada actor involucrado en los procesos productivos, se defina cómo es este proceso, y se sugieran esquemas reales al gobierno, para que el apoyo venga dirigido.

Es una realidad que los programas para impulsar el empleo que se encuentran en el Presupuesto deben revisarse: llevan casi nueve años y no tienen resultados importantes.

De ahí que las decisiones que se tomen el próximo 8 de septiembre serán más que importantes.

Se espera que este 8 de septiembre la administración de Enrique Peña Nieto presente al Congreso de la Unión la Ley de Ingresos de la Federación y el Presupuesto de Egresos para 2016, la cual debe traer las bases del Presupuesto Base Cero.

A fin de cuentas, el empleo depende del crecimiento económico, de la inversión asociada a ese crecimiento y, sobre todo, de la inversión privada; en tanto no se tenga una vertiente que apuntale el crecimiento con esa lógica, me parece que los programas como el de primer empleo difícilmente tendrán un resultado distinto.

De ahí que la administración pública deberá adecuarse a una nueva lógica con la cual no ha operado en muchos años, de eficacia y evaluación de resultados.

Lógica que no existe en el gobierno federal, ni en el estatal ni municipal, por lo tanto es necesario un cambio de cultura en la administración pública, aunque ello represente de tres a cinco años.

Es una realidad que México necesita hacer una revisión y evaluación de los programas del gasto del gobierno federal, porque el presupuesto Base Cero que pondrá en marcha la Secretaría de Hacienda a partir del próximo paquete económico tendrá resultados hasta 2020.

CERO TOLERANCIA

Es una realidad que la contaminación de puertos es, por demás, alarmante, no sólo ambientalmente sino económicamente para el país.

De ahí que toma relevancia de que la Comisión Permanente haya hecho eco la condena para frenar la contaminación en Puerto Chiapas, exigiendo a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y a la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca informen sobre la muerte de varias toneladas de sardinas ocurridas en ese puerto y la capa de aceite de aproximadamente 15 centímetros que se ha formado sobre la superficie del agua.

A decir del senador Luis Armando Melgar no ha habido una respuesta de Profepa, que comanda Guillermo Haro, ni de Semarnat, bajo la tutela de Juan José Guerra, para que se corrija el tema. Es una pena que las empresas no sepan que el estándar mundial dice “el que contamina paga”.

Ojalá que se tomen cartas en el asunto y no sea necesario que sean los ciudadanos quienes tengan que clausurar empresas.