Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

28 Ago, 2015

El emprendimiento en tiempos de cólera

Que si es por China… que si es por la Casa Blanca… que si es por El Chapo… Que si es por el precio del petróleo… Que si es por una corrección de un ciclo alcista conjugado con un exceso de liquidez… que si es por angas o por mangas… Lo cierto es que los tiempos financieros actuales (sea la Bolsa, el tipo de cambio o las expectativas) están complicados.

Tanto los acontecimientos económicos como la “histeria” inercial que se contagia en el ambiente tienen un efecto importante en los negocios. Por un lado existe una realidad innegable a la que los negocios se van a tener que acostumbrar, particularmente si parte de sus insumos son cotizados en dólares; por otro, el ambiente de pesadumbre que acompaña a la gente y que podrá tener un fuerte impacto en el gasto de los clientes en el futuro.

¿Qué hacer?

Bien hubiera dicho García Márquez que el “problema de la vida financiera es aprender a dominar el terror” (lo dijo de la vida pública, pero empata perfectamente bien con el momento actual).

Todo el ruido financiero, la mitad del cual no entendemos, nos está destruyendo a más de uno el estómago y tenemos ganas de meternos debajo de las sábanas y rezarle a Dios para que nos oriente sobre los caminos del negocio.

Con buena razón existe una maldición china que amenaza “ojalá que vivas en tiempos interesantes”…. Los interesantes (por decirlo de alguna manera) tiempos financieros que vive el mundo, y que probablemente dure por varios meses, han creado un ambiente financiero “no apto para débiles del corazón”.

Si bien los analistas más prudentes afirman que esto no es el fin del mundo, al ver la montaña rusa de los mercados financieros es muy difícil guardar la calma. En gran parte porque los mexicanos, ariscos después de décadas de crisis financieras recurrentes que daban al traste con nuestro patrimonio, somos muy sensibles en reaccionar ante la mera mención de una de ellas.

Las opiniones de lo que está pasando y de los efectos que va a tener son variadas y con implicaciones políticas, sociales, de crecimiento económico y de relaciones entre países. Eso está más que analizado y fuera de nuestro control.

El énfasis en cuestión de los negocios es a nuestras acciones y lo que podemos hacer y/o tenemos que cambiar para no sufrir las consecuencias de los descalabros de los mercados, e incluso, viendo el lado amable de la moneda quizá nos obliguen a hacer cambios que habíamos estado postergando y que en el mediano plazo serán de gran beneficio.

Mucho ojo: Uno de los principales retos de cualquier negocio es el de funcionar tanto en los tiempos buenos como en los tiempos malos. Lo primero que tienes que hacer como empresario es, con la cabeza fría y los números en la mano, ver exactamente en dónde te pegan estos movimientos de los mercados: ¿en el costo de tus insumos?, ¿en la competencia de mercado?, ¿en la capacidad de compra de tus clientes?, ¿en tu capacidad para conseguir inversión o créditos?, ¿en tus deudas? Una vez que tengas el sartén por el mango y conozcas la situación actúa así:

1.- ¡Calma!: Es más fácil predicar calma que actuar con ella, pero es fundamental que la tengas. Lo peor que puedes hacer es tomar decisiones de pánico (cimentadas en rumores o exageraciones) de las que después te llegues a arrepentir.

2.- Noticias de buena fuente: Cuida obtener tu información y forjar tu criterio por medios serios y reconocidos y, usa la cordura para separar la ficción de la realidad. Evita leer medios amarillistas o sensacionalistas y, sobre todo, pon oídos sordos a los rumores, opiniones o predicciones hechas por “seudo-expertos” como familiares y amigos que sólo repiten y exageran las noticias.

Enfócate en seguir lo que está pasando en plazos largos y no a seguir los acontecimientos minuto a minuto (que si hoy éste declaró esto, que si mañana van a manifestarse de esta manera, etc.).  El vivir pendiente de lo que está pasando 24 horas al día sesga tu criterio para tomar decisiones. Éste es un buen momento para “exprimir” a tu asesor financiero y hacer que conteste a tu completa satisfacción tus dudas e inquietudes.

3.- La planeación del negocio es a largo plazo: El primer error que cometemos como emprendedores es pensar que la planeación financiera debe estar hecha con base en la coyuntura. Obvio ésta debe ser tomada en cuenta, pero el plan financiero de la empresa debe estar hecho con base en objetivos de corto, mediano y largo plazos. Pase lo que pase estos objetivos y metas siguen, quizá, con ajustes y flexibilidad, pero siguen. Las decisiones que tomes para el negocio, en éste y en todos los momentos, deben estar hechas tomando en cuenta las necesidades para crecer en el horizonte, no con base en lo que se espera en el corto plazo.

4.- ¡Habla!: Necesitas hablar con clientes y proveedores para ver como están ellos parados y para negociar nuevas condiciones o precios. Lo que más valora la gente con la que tienes tratos de negocio (y que puede ser el mejor antídoto ante la crisis o la locura) es que mantengas las puertas de la comunicación personal abierta.

5.-Blinda a tu empresa. Así como los países se blindan económicamente nosotros como personas lo tenemos que hacer también. Quizá la mejor lección de cualquier crisis es empezar a realizar ciertos cambios en pos de que la próxima crisis (y la habrá) nos agarre con mayor tranquilidad.

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