Marielena Vega

Estrategia de negocios

Marielena Vega

25 Sep, 2015

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La industria azucarera sigue padeciendo la deslealtad con la que tiene que competir en contra de su gran rival: la alta fructosa. Lo cierto es que hay condiciones para que hubiera, cuando menos, un empate, claro está, si las reglas del juego fueran iguales para ambos equipos.

Pese a que la Secretaria de Economía,  de Ildefonso Guajardo, desechó la investigación al respecto, reconoce que hay subvaluación del precio de la fructuosa. Lo que es cierto es que no se tiene registro del daño que tiene un producto sobre del otro.Tampoco hay registro de las ventas ni del precio, cuando, en el caso del azúcar, sí se tienen registros ventas, su precio, su comercialización  y hasta de su proceso. ¿Por qué la diferencia?

En Estados Unidos , el azúcar tiene lineamientos y restricciones para poder ser comercializada. Anualmente, se calcula que entra a venderse a territorio nacional un millón y medio de fructosa, cantidad que, de igual forma, sale a venderse a EU, pero de azúcar. Únicamente se quedan en territorio azteca cuatro y medio millones de toneladas de azúcar. ¿Será posible establecer reglas claras al interior del mercado para que exista una competencia sana.

Y hablando del azúcar, un creciente grupo de científicos especializados en temas de salud y nutrición realizó hallazgos que desmienten la relación establecida durante los últimos años entre el consumo de azúcares añadidos, la epidemia de obesidad que asuela al mundo y otros males vinculados con esta condición, como la diabetes, las enfermedades del corazón, la hipertensión, los padecimientos hepáticos y otros relacionados.

Las conclusiones de un grupo de investigadores especializados en temas de salud y nutrición —formado por los doctores John White, John Sievenpiper, James Rippe, Hugo Laviada, Rebeca López, John Fernstrom, Danielle Ostendorf— fueron presentadas recientemente en el Hospital Español de la Ciudad de México. Este grupo de científicos, que lleva más de 20 años estudiando el tema, desmiente la creencia de que los azúcares añadidos a alimentos y bebidas puedan ser adictivos.

Las investigaciones sobre el tema resultan especialmente relevantes para México, que tiene el mayor porcentaje de personas padeciendo obesidad en el mundo, con 32.8 por ciento. País donde, además, de cada cien personas 14 tienen diabetes.

Sin embargo, los múltiples estudios analizados por este grupo, así como las investigaciones propias que han llevado a cabo sus integrantes demuestran que, si bien tiene alguna relación —aún no plenamente probada— el alto consumo de azúcares añadidos con el aumento de peso, este factor no es el único ni el más importante que interviene para que se presente este problema, y apuntan a que su solución depende de factores como el equilibrio entre el consumo y el gasto de energía, la recuperación de los niveles históricos de actividad física, especialmente en niños y adolescentes y, en general, de la adopción de una dieta sana y balanceada. Pero hay más a cerca de este dulce producto, y del cual le platicaremos la próxima semana.

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