Marielena Vega

Estrategia de negocios

Marielena Vega

28 Sep, 2015

Consumidor, o a título personal

El memorándum Filantropías Bloomberg, de 2013, registra que Alejandro Calvillo, el fundador y director del autonombrado El Poder del Consumidor, recibió 10 millones de dólares de Michael Bloomberg con un sólo mandato: llevar a cabo acciones públicas en contra de la industria refresquera nacional.

La historia del desencuentro entre el exalcalde de Nueva York y la principal refresquera del mundo inició cuando el empresario de medios, metido en política, quiso aplicar un impuesto local a la bebida y un tribunal de esa ciudad lo bateó, lo que, a la postre, mermó sus aspiraciones políticas.

No obstante, Michael Bloomberg y sus operadores políticos contrataron a varios activistas en el mundo para iniciar una guerra en contra de Coca-Cola, principalmente, y todas aquellas empresas de productos de consumo que tienen alto contenido de azúcar y que, según Alejandro Calvillo, son la causa única y exclusiva de obesidad en el país.

Gracias a ese donativo de 10 millones de dólares, el presunto activista social  Alejandro Calvillo se convirtió en operador de Bloomberg  y en la supuesta conciencia social de la lucha contra la obesidad y diabetes en México.

Culpa a empresas como: Bimbo, que dirige Daniel Servitje, a Coca-Cola, que comanda Francisco Crespo, a Pepsi, bajo la tutela de Pedro Padierna, a Nestlé, que titula Marcelo Melchor y a Sabritas, entre otras, de ser la causa de los promotores del sobrepeso de niños, jóvenes y adultos.

Cuando se ha demostrado que los efectos de dicho padecimiento se deben a toda una cultura que se ha dado con la evolución propia del país, el sedentarismo y la falta de un balance en la comida.

En fin, desde que Calvillo dejó Greenpeace y se contrató por Bloomberg, inventa estudios, denuesta impunemente científicos nacionales e internacionales, universidades públicas y privadas que no estén de acuerdo con sus visiones locuaces y parciales de la obesidad en el país.

Para prueba un botón. Ahí tenemos la manipulación de datos del Inegi, bajo la dirección de Eduardo Sojo, el Instituto Nacional de Salud Pública y Universidades de Estados Unidos para intentar demostrar que el impuesto al refresco en 2014 logró disminuir el consumo en 6 por ciento.

El Poder del Consumidor planteó un supuesto conflicto de intereses entre los especialistas que llevan décadas de investigación en la academia y las compañías de la industria de alimentos y bebidas.

Luego le cuento sobre el acuerdo extrajudicial al que tuvo que llegar Calvillo con una minera canadiense de San Luis Potosí, porque no pudo demostrar sus dichos y fue sentenciado a una multa millonaria que nunca pagó, a cambio se comprometió a nunca más hablar en contra de esa minera. Si no, ¡pregúntele!

Ya veremos cómo termina este caso, o si es que le dan seguimiento. Porque, si bien es cierto el tema de la obesidad y problemas cardiovasculares son demasiado preocupantes en nuestro país, la realidad es que, lo que menos se espera, es que se hagan negocios de tales magnitudes. Vaya estrategias.

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