¿Apoyo a empresas?

Que 70% de las empresas que nacen en México mueren antes de que cumplan dos años; el costo de constituir una empresa es muy alto y la formalización de un negocio puede llevarlo a la realidad, afirmaciones, éstas, que se han escuchado por años. ¿Qué ha pasado? Todo indica que la respuesta se resume en “la burocracia sigue siendo muy alta”.

En el último año, México continuó mejorando el entorno regulatorio para los empresarios locales a través de reformas que fortalecieron sus instituciones legales, pues mejoró el acceso al crédito y facilitó los procedimientos de resolución de la insolvencia gracias a las reformas a la Ley de Concursos Mercantiles en el último año.

No obstante, y de acuerdo con estudios del Doing Business, desde 2005 México ha implementado 21 reformas que han facilitado a los empresarios locales  hacer negocios, colocando a México como la segunda economía en América Latina, con un mayor número de reformas en el periodo; sólo detrás de Colombia, con 29 reformas. Esto ayuda.

Si bien es cierto que ya hay avances en trámites para apertura de negocios, aún falta agilidad en algunos, eliminar las famosas mordidas y acercar el uso de herramientas tecnológicas para ahorrar tiempo y disminuir la corrupción. Además de estrategias más accesibles para que las empresas puedan dar el paso de microempresa a pyme, porque en la actualidad el esquema fiscal puede ser tan absorbente que las utilidades se esfuman.

Sin duda, la simplificación de los trámites para constituir nuevas empresas se coloca en el centro de las grandes necesidades empresariales, donde la solución parece ser avanzar hacia una “regulación base cero”, que permita la apertura y crecimiento de empresas, es decir, analizar, partiendo de cero, qué trámites son imprescindibles, en lugar de desregular paulatinamente.

La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) presentó una iniciativa para realizar un ejercicio de regulación base cero, cuyo objetivo es que las autoridades de todos los órdenes de gobierno revisen la normativa en sus ámbitos de competencia y reduzcan al mínimo necesario los trámites y requisitos exigibles a ciudadanos y  empresas. Además, demandó que los reguladores se coordinen, para que sea eliminada la duplicidad que prevalece actualmente.

Se han dado pasos importantes en este sentido con las reformas al Código de Comercio y a la Ley General de Sociedades Mercantiles, en 2014, en las cuales se disminuyeron obligaciones en los Registros Públicos de Comercio a fin de que sólo deban inscribirse los trámites de constitución, transformación, fusión, escisión, disolución y liquidación de las sociedades mercantiles, y se eliminó la obligación de reportar las operaciones que no afectan la seguridad jurídica de los socios o terceros contratantes. Sin embargo, aún hay que trabajar en la mejora de regulaciones que favorezcan la eficiencia operativa y que se alcancen estándares internacionales para simplificar la disolución de sociedades y la modernización de las prácticas de gobierno corporativo de las empresas. En fin, ¿será ello posible? ¿Usted qué cree?