Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

11 Sep, 2023

Paquete Económico, realista más que inercial

Las reacciones iniciales al Presupuesto para 2024 parecen más de políticas que técnicas. Lo que evidencian también es el escaso análisis de la trayectoria del déficit presupuestal amplio (RFSP) a lo largo de la administración y, sobre todo, considerando pandemia.

El balance público, el déficit que se pretende es moderado y el nivel de deuda pública en relación con el PIB es sostenible, porque cierra por debajo del que alcanzó al cierre de 2018, cuando se situó en 50.8% del Producto, contra 48.8% del PIB en el que se plantea su cierre.

La decisión del gobierno expresada en el paquete de ingresos y gastos para el 2024 mantiene el impulso a la infraestructura iniciada y a la economía, a través de mantener el gasto en programas sociales e incremento en pensiones bienestar, pero lo más notable es el impresionante apoyo presupuestal a Pemex, que ha visto reducido el pago de DUC (derecho de utilidad compartida) al 35% frente al 65% del 2018, que como citaba el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, implica que toda la renta petrolera del país ha ido a parar a rescatar financieramente a Pemex.

Dotarle de un amplio presupuesto para cubrir sus vencimientos de corto plazo (este y el siguiente año) con una tasa impositiva casi equivalente al máximo empresarial del 30%, apechugar el costo de la ineficiencia de la administración de Octavio Romero, que se expresa en el aumento del diferencial de su deuda de 100 a 500 puntos base.

Otro punto de crítica sobre el déficit fiscal estimado en 48.8% me parece que más que despacharse con la cuchara grande, Ramírez de la O propone usar parte del espacio que se ha generado en estos últimos tres años. Los RFSP llegarán a un mínimo de 46.5% en 2023, y terminarán dos puntos porcentuales del PIB por debajo del indicador recibido.

Los presupuestos en todo el mundo son políticos y más en año electoral y el ampliar déficit para concluir obras y sostener el impulso económico para enfrentar una posible moderación en el crecimiento estimado en Estados Unidos y global, parece un acto de realismo y responsabilidad presupuestaria.

Ahora, dotar a Pemex con esa capacidad financiera de maniobra, convierte la propuesta en realista porque es un espacio superior a 10 mil 700 millones de dólares, que permite que el pago de la deuda de Pemex deje de ser un factor de zozobra para la calificación de la petrolera y del gobierno de México dado que el apoyo deja de ser verbal y se convierte en compromiso presupuestado. Para hacerlo, la propuesta reduce del 40% en 2023 a 35% en 2024 el DUC, lo que le permitirá liberar flujo por cerca de 2,500 millones de dólares a Pemex (que debe destinar a pagar sus deudas), y propone una inyección original de 8 mil 200 millones de dólares (conversión de los 145 mil millones de pesos de presupuesto directo).

Con ello, puede cubrir los vencimientos del 2023 y 2024 por 3,900 millones de pesos, e inclusive anticipar el pago de los vencimientos de bonos del 2025 por 4,000 millones de dólares y, parte de las líneas de crédito bancarias que vencen en 2024 por 8 mil 100 millones de dólares. Estimo que los mercados leerán este presupuesto con lupa, porque efectivamente, está poniendo tapete de transición suave para la próxima administración.

Sostener el ritmo de recaudación propuesto es más importante, pues si cierran con ingresos fiscales directos equivalentes a 14.4% del PIB, es, sin duda, un logro fiscal muy relevante.

Ahora, en la integración de la carátula. La propuesta estima un crecimiento del PIB de 3% (de entre 2.5 y 2.5%) y puede parecer optimista respecto a las proyecciones del sector privado, donde el consenso se sitúa en 1.6%, y en condiciones optimistas, como el FMI, en 1.5%, pero las proyecciones privadas no han sido muy asertivas en los últimos cuatro años. Hacienda ha sido el pronosticador más asertivo.

Otra que ha escandalizado es la del tipo de cambio y la tasa de interés (Cetes 28 días), pero lo que hace el presupuesto es recoger la proyección que tiene en materia de inflación el Banco de México. Lo que queda claro es que tampoco piensan inducir a través de la Comisión de Cambio algún precio específico para la paridad peso-dólar, lo que es muy responsable.

 

 

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