El virus no trajo la crisis económica: ¡Ya estaba en casa!

CIUDAD DE MÉXICO.- El Covid-19 ha significado un duro golpe para la economía a nivel global. Se espera que la actividad económica mundial disminuya en un 1.9% en 2020. Para América Latina, la CEPAL apuesta por una caída del 5.3%. México rompe esos esquemas y se sitúa, en los panoramas más conservadores, en una caída del 6.6%. Sin embargo, el Covid-19 no trajo la crisis, ésta ya estaba en casa.

El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) es muy claro al mostrar una evidente desaceleración de la economía. Según los últimos resultados, el IGAE presentó una reducción de 1.6% en febrero del 2020 al compararlo con febrero del año anterior. Así, no hay que confundirse y culpar al Covid-19, pues el primer caso de coronavirus en México se dio hasta el 28 de febrero y el #Quedateencasa comenzó a instrumentarse el 23 de marzo. De hecho, la racha negativa del IGAE viene desde el primer trimestre de 2018, es decir, dos años antes del Covid-19.

Así, la desaceleración económica previa a la llegada del Covid-19 a México ya era una realidad en todos los sectores. En febrero, las actividades primarias se redujeron un 5.7% con respecto a enero y un 8.3% con respecto al año anterior. Las actividades secundarias ya mostraban una senda decreciente desde abril del 2018, tendencia que se recrudeció en noviembre del mismo año. En febrero del 2019 presentaron una reducción de 0.6% con respecto a enero y una baja de 3.5% al compararla con el 2018. Las actividades terciarias registraron el escenario menos negativo: aquí no se dio una desaceleración del crecimiento, sino el estancamiento de una tendencia positiva. Así, se observa un ciclo alcista desde 2014 y un claro estancamiento a partir de abril del 2018. Al comparar los datos de febrero del 2020, presentan un alza del 0.1% con respecto a enero, pero una baja del 0.3% en relación con el año anterior.

Ya se había señalado que los efectos económicos del Covid-19 serían comparables al 2009. Sin embargo, todo parece indicar que, previo a este fenómeno, también había señales de la cruda realidad que enfrentaba el mercado laboral mexicano. Al echar un vistazo a los datos de la industria manufacturera, es visible la reducción del personal ocupado en febrero de 2020, con una caída de 2.1% con respecto a febrero del 2019. La rama textil (-7.8%), productos de cuero (-7.5%), fabricación de productos metálicos (-5.2%) y Maquinaria y Equipo (-4.5%) registraron los descensos más graves. El punto de inflexión se dio en marzo del 2019, hace más de un año. En ese mes se rompió una racha de crecimiento en el personal ocupado manufacturero que se remontaba al tercer trimestre de 2009, cuando la economía empezaba a salir de la Gran Recesión. AMLO, es verdad, “decretó” la creación de 2 millones de puestos trabajo. Pero la economía, ya antes del Covid 19, tenía “otros datos”. Ahora, con el virus, se prevé que para finales de abril de 2020, las pérdidas de empleo se eleven a 700 mil empleos.

Los datos del estancamiento económico en México previo al coronavirus también resultan claros al revisar la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC). Si bien el valor de la producción de las empresas constructoras ya muestra una tendencia a la baja desde el 2013, el ritmo se aceleró a partir de marzo del 2019. El resultado es que un año después, en febrero de 2020, presentó un desplome de 15.6% en términos anuales: esta es la caída más agresiva desde el 2009.

De igual forma, el personal ocupado muestra una caída del 10%. En este campo fueron los obreros los que experimentaron las peores consecuencias de la desaceleración, con una baja del 10.2%, mientras que los empleados en la construcción se redujeron en 5.3%. Una vez más, los datos para personal ocupado de febrero de 2020 presentan una reducción que sólo es comparable con los mínimos del 2009.

Considerando lo anterior, es claro que la reacción del gobierno con el controvertido paquete de 622.5 miles de millones de pesos (3% del PIB), presentado la semana pasada, se queda corta no sólo con respecto al Covid-19, sino con la tendencia a la baja que la economía ya arrastraba, al menos, con varios meses de antelación. Si bien el Covid-19 trajo consigo una crisis, el país ya había creado una propia.

El primer contagio de Covid-19 en México se dio a finales de febrero y los protocolos de salud que afectan a la economía comenzaron en marzo. Sin embargo, la actividad económica ya mostraba signos de recesión con tasas negativas de crecimiento en la industria desde 2018, tasas cercanas a cero en el sector servicios y desplomes en el sector primario desde octubre del 2019…

… si bien se espera que se pierdan 700,000 empleos para abril del 2020, el estancamiento en la ocupación en la industria manufacturera comienza desde el segundo trimestre de 2019, es decir, casi un año antes del Covid-19. Si bien el coronavirus trajo serias consecuencias económicas para México, en el país ya se venía gestando una crisis económica general con muchos meses de anticipación.