El tema del petróleo es distinto, porque para muchos es casi un tema de identidad nacional.
Las tasas en EU y México seguirán siendo históricamente bajas y estimularán el crecimiento.
Si bien nos va, el crecimiento este año andará rondando 2.5% y será muy difícil incrementarlo.
El país asiático es la segunda economía del mundo y está llamado a ser la primera.
La parte medular del mensaje del presidente de la Fed, de hace unos días, fue esencialmente buena.
Para México será importante el acomodar las tasas de interés nacionales de acuerdo a las de EU para no tener flujos de inversiones negativos.
El rápido aumento de la tasa de interés de los bonos norteamericanos a diez años fue un factor.
En México, como quizás en muchos países, tendemos a exagerar las buenas y malas noticias.
Desde mi punto de vista, el Banco de México podría bajar la tasa de interés a partir de julio.
Sin reformas estructurales, la economía del país depende demasiado de Estados Unidos.
En cuanto pasen las elecciones en Alemania se podrían crear estímulos monetarios.
Un capítulo relevante es fortalecer y transformar las leyes orgánicas de los principales bancos de desarrollo del país.
Si China mantiene su ritmo de crecimiento, en menos de 15 años será la primera economía.
La consistencia de las finanzas públicas sanas ha dado resultados extraordinarios.
Las recomendaciones respecto a Chipre se están haciendo más con el estómago que con la cabeza.
No cabe la menor duda que fue a todas luces una buena decisión del Banco de México.
Los inversionistas reconocen que la expansión monetaria en un momento generará inflación.
Ben Bernanke, presidente de la Fed, defendió el mantener una política monetaria expansiva.
Es tal la inquietud en la economía global, que el Banxico esperará para tomar su decisión.
La clase media de EU que tomó pérdidas en 2008 está empezando a entrar al mercado.