Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

25 Mar, 2019

Del neoliberalismo al mercantilismo

 

Estoy seguro que al presidente Andrés Manuel López Obrador le haría mucho bien leer cuando menos el primer capítulo de la más reciente obra de Yuval Noah Harari, 21 Lecciones para el siglo XXI.

Y todo, para aclarar las ideas sobre el liberalismo, o neoliberalismo, que el mandatario acaba de dar por muerto. Harari, cuestiona al liberalismo, pero también señala dos hechos, que ha sido el sistema que mayor prosperidad le ha dado al mundo en la historia y que si bien, las sociedades le han dado un golpe en en estómago, esta ideología no está muerta.

Desde hace años, AMLO ha usado en sus discursos al neoliberalismo como la doctrina que ha dañado a los mexicanos y que ha sido la que inspiró las acciones de la mafia del poder. Este discurso, le gusta a quien no tiene trabajo, no le alcanza el dinero, el joven que no pudo ingresar a la universidad, la ama de casa que no tiene suficiente para hacer de comer.

Sin embargo, y siguiendo con Harari, la verdad es que las ideas liberales han sido capaces de sobrevivir al comunismo y al fascismo y es probable que puedan sobrevivir también a los nacionalismos aislacionistas que inspiran a Trump o a los votantes del Brexit. Pero la verdad de las cosas es que México no ha sido gobernado más que por unas pinceladas de liberalismo.

Lo que ha inspirado a los gobiernos mexicanos ha sido el mercantilismo, que en esencia consiste en las estrechas relaciones del poder político con las élites del poder económico, el control del Estado sobre la marcha de la economía especialmente para crear monopolios privilegiados y el cobro de los gobiernos a los empresarios a los que beneficia.

Y por lo que se ha visto en esto primeros cien días, AMLO es un seguidor del mercantilismo casi al pie de la letra. Sus estrechas relaciones con el constructor Riobóo y con el senador Armando Guadiana; la compra de las pipas para transporte de combustible sin licitación alguna, la elección por dedazo de las empresas que construirán la refinería de Dos Bocas son ejemplos claros de que no se acabó el neoliberalismo, que nunca estuvo, sino que el mercantilismo disimulado que usaron regímenes anteriores ha sido reemplazado por uno abierto y a la vista de todos.

Las ideas liberales promueven la apertura de los mercados, internos y externos y la competencia plena en ellos, democracias participativas, aplicación de la ley sin distingos y gobiernos fiscalmente responsables. Esos rasgos principales son los que han llevado a la prosperidad a Inglaterra, Estados Unidos, Europa y en América Latina, a Chile.

Algún barniz de esas ideas se ha aplicado a México, pero ha sido tan delgada la capa que lo único que ha producido es una nación mediocre con alto grado de corrupción, con enorme desigualdad y que ha sido incapaz de sacar de la pobreza a la mitad de la población.

La esperanza de la sociedad ha sido que el cambio por el que votó el 1º de julio del año pasado corrigiera esos problemas, pero ya vimos que en realidad se rechazaron unas cuantas ideas liberales y se reemplazaron por un mercantilismo abierto a los ojos de todos.

Hasta el próximo lunes y mientras, no deje de leerme en mi página de FB, Perspectivas de Luis Enrique Mercado y en mi cuenta de Twitter, @jerezano52.

 

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