Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

24 Feb, 2020

El peligro que viene: las finanzas públicas

El gobierno ha hecho todos los esfuerzos y ha recurrido a todos los trucos para mantener las finanzas públicas sanas y, sin duda, lo ha conseguido. El año pasado se logró un superávit de 1.1% del PIB, a pesar de caídas en los ingresos tributarios y el petrolero; y a pesar de las presiones que ejercen sobre el gasto los programas sociales de este régimen.

Lo que el gobierno tuvo que hacer para equilibrar sus finanzas fue utilizar los recursos de los fondos de estabilización y mostró así que, a pesar de la caída de ingresos, logró equilibrar sus finanzas.

La realidad es que el presupuesto de ingresos se hizo con cifras alegres. Estimaron los recursos petroleros con una plataforma de producción que no se cumplió y estimaron los ingresos tributarios con una economía creciente.

La realidad es que los ingresos totales del sector público estuvieron 136 mil millones de pesos debajo de lo presupuestado y, por eso, se utilizaron recursos del fondo de estabilización. Una parte, 95 mil millones de pesos, se canalizaron a Pemex, como si fuera ingreso petrolero; otra, como ingresos del sector público.

Así se “equilibró” el presupuesto. Sin embargo, los problemas crecen. Para este año, otra vez, el gobierno presupuestó con enorme optimismo.

Programó que Pemex producirá 1.9 millones de barriles diarios y a esta meta debe llegarse en marzo, lo cual, seguramente, no ocurrirá. Respecto a los ingresos tributarios, los proyectó con una economía que crecería 1.7%, lo cual tampoco ocurrirá.

Respecto a los gastos, lo que hicieron fue desplomar la inversión. En este año apenas será de 2.4% del PIB, incluyendo la de Pemex. Ésta es la cifra más baja de los últimos años.

Lo más seguro es que este año también se utilicen los fondos de estabilización para cuadrar los números, pero será el último año en que se puede hacer esta operación porque los recursos en dichos fondos se habrán agotado.

En 2021, el destino alcanzará a las finanzas públicas y no habrá margen de maniobra.

El Presidente de la República no renunciará al gasto que significan sus programas sociales.

La inversión pública no puede caer más de donde ya está.

 

El Primer Mandatario ha dicho que no aumentará ni creará nuevos impuestos, aunque la realidad aconseja realizar una reforma fiscal a fondo para darle aire a las finanzas públicas y dicha reforma necesariamente significa cobrar más impuestos.

La verdad es que los últimos cuatro presidentes han tratado de hacer una reforma fiscal de fondo, pero el Congreso, mayoritariamente de oposición, cerró esa puerta.

López Obrador es el primer presidente, desde la primera mitad del gobierno de Ernesto Zedillo, que tiene mayoría en el Congreso, la cual podría utilizar para hacer una reforma fiscal que le dé oxígeno a las finanzas públicas.

Lo más seguro es que no utilice su mayoría, lo cual significa que el país se encaminaría a una crisis financiera como las que tuvimos en las décadas de los 70, 80, y 90, todas derivadas de finanzas públicas desequilibradas.

 

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