Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

23 Dic, 2019

El T-MEC no será el motor de la economía

En los primeros meses de gobierno de Enrique Peña Nieto la economía estaba paralizada y el entonces secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, aseguraba que en cuanto se aprobaran las reformas estructurales en el Congreso de la Unión la actividad económica saldría disparada.

En 2013 el Producto Interno Bruto (PIB) apenas creció 1.1% y la apuesta del gobierno era que, con las reformas estructurales —la energética, la educativa y la de telecomunicaciones— el panorama se compondría mucho.

La verdad es que el crecimiento promedio anual del sexenio fue de apenas 2.4%, en realidad, el mismo que el de los doce años anteriores.

Ahora, el canciller Marcelo Ebrard acaba de decir que con la aprobación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) por parte del Congreso de Estados Unidos “habrá inversión, crecimiento y desarrollo”.

La realidad es que Marcelo Ebrard también es muy buen publicista, pero sus conocimientos de la economía y de los tratados comerciales y sus efectos son muy limitados.

Hasta ahora, la inversión, el comercio y el desarrollo están enmarcados en las reglas fijadas en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que, por mucho, es un acuerdo considerablemente más favorable para México que el T-MEC.

Actualmente el crecimiento económico de México se ha basado en el sector externo, a veces, en el consumo nacional y, la mayor parte de las ocasiones, en la inversión privada, que representa el 80 por ciento de la inversión total.

Y como no se ha hecho lo suficiente para dinamizar la inversión productiva, el crecimiento promedio anual anda estacionado entre el 2.0 y el 2.5 por ciento.

Sólo en los sexenios de Carlos Salinas de Gortari, con 3.98% promedio anual, y en el de Ernesto Zedillo, con un 3.26%, se logró romper el raquitismo del 2.0 por ciento.

 

Ahora, se piensa que con el T-MEC la economía mexicana saldrá de la recesión.

Pero eso no sucederá. Las reglas del T-MEC en temas como reglas de origen, propiedad intelectual y, en especial, en el nuevo capítulo laboral, al que si le agregamos la necedad que firmó Jesús Seade con el tema de los inspectores, son barreras que no acabarán con el comercio entre los tres países, pero sí elevarán los costos de las empresas mexicanas y habrá un periodo de adaptación en el que las exportaciones de algunos rubros pueden sufrir.

Lo que el actual gobierno se niega a entender es que la razón de la recesión económica no es la ausencia del T-MEC o las elevadas tasas de interés del Banco de México. La economía mexicana está en recesión por las decisiones equívocas que se han tomado desde el principio de este sexenio; por un manipuleo del gasto público para privilegiar a los ninis y a los jóvenes construyendo el futuro, con una caída importante de la inversión pública en infraestructura y por la desconfianza que generan muchas de las decisiones políticas del actual gobierno.

Esas son las razones por las que la economía no funciona. Y mientras no se corrijan, las cifras negativas seguirán presentes.

 

Hasta el próximo lunes. Le deseamos una feliz Navidad y le invitamos a que me siga en mi página de FB, Perspectivas de Luis Enrique Mercado, y en mi cuenta de Twitter @jerezno52.

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