Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

29 Abr, 2019

Ni 4.0% ni 1.7%, cuando mucho, 1.0%

Los datos en los primeros tres meses del año ya indican que la economía mexicana no crecerá al 4 por ciento que ha pronosticado el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ni al 1.7 por ciento que dice el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el 1.6 por ciento que pronosticó el Banco de México.

Si las cosas no empeoran ya, es seguro que cuando mucho el crecimiento será de 1 por ciento. Lo anterior significa que caerá la creación de empleos y, por lo mismo, crecerá el desempleo, disminuirán las oportunidades para quienes más las necesitan y, en definitiva, a fin de año, los mexicanos seremos más pobres que antes.

Los indicadores oportunos de la actividad económica dicen que en febrero el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) creció 0.3 por ciento, lo que indica un avance anualizado de 1.1 por ciento.

Las exportaciones que hasta finales del año pasado eran el sector más dinámico, con crecimientos ligeramente arriba del 5 por ciento, ya no traen buenas noticias.

En los primeros tres meses del año apenas crecieron 2.3 por ciento.

La generación de empleos pierde impulso. En febrero, los empleos inscritos en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) apenas crecieron 2.8 por ciento respecto al mismo mes del año pasado, el peor resultado desde noviembre del 2017 cuando crecieron 2.7
por ciento.

Los jilgueros oficiales dicen que el problema es que la economía de Estados Unidos se desacelera y eso afecta a México.

El único problema es que no pueden explicar que aquí hay desaceleración y allá crecieron 2.2 por ciento en el cuarto trimestre del año pasado y 3.2 por ciento en los primeros tres meses del 2019.

Y esos mismos jilgueros no aceptan que la economía se marchita porque no hay una sola política económica orientada a estimular el crecimiento económico.

La Secretaría de Hacienda, cuyo titular es Carlos Urzúa, tiene el freno puesto tratando de acomodar los gastos en ayudas sociales sin que ello provoque que las finanzas públicas se colapsen.

La Secretaría de Economía, que dirige Graciela Márquez, navega con un perfil bajísimo.

El sector energético está colapsado.

El Primer Mandatario otorga contratos sin licitación y cancela licitaciones ganadas; trabaja en obras públicas, como el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya, sin proyecto de ningún tipo.

Como dicen ahora, encuentran lagos que no existen, como en Texcoco, y no ven cerros que sí existen, como en
Santa Lucía.

El gobierno, empezando por el Presidente de la República, no quiere entender que el crecimiento económico inicia con la confianza de los inversionistas, con políticas públicas concretas que estimulen la inversión y con un clima social y político que fortalezca las expectativas en el futuro del país.

Mientras eso no haya, no hay crecimiento y la economía se marchita. Como ahora sucede.

Hasta el próximo lunes y, mientras, no deje de seguirme en mi página de FB, Perspectivas de Luis Enrique Mercado y en mi cuenta de twitter @jerezano52.

 

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