Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

26 Oct, 2020

¿Nos quedaremos en los rebotes o habrá recuperación?

Aunque la mayoría de los indicadores de la economía mexicana ha mejorado a partir de junio, no se puede hablar de una recuperación, sino, apenas, de un rebote de la brutal caída que inició con este gobierno y se profundizó con la pandemia.

En agosto, por ejemplo, respecto al mes anterior, las ventas al mayoreo aumentaron 1.4%; las del menudeo, 2.5%; los ingresos totales de bienes y servicios privados no financieros crecieron 4.5%, el personal ocupado creció 0.9%, los gastos totales lo hicieron 4.1%, y las remuneraciones totales crecieron 0.5 por ciento.

Esta semana, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía dará a conocer los datos económicos importantes: el Indicador Global de la Actividad Económica y el IGAE, hoy lunes; la balanza comercial de septiembre y la Estimación Oportuna del PIB del tercer trimestre, el martes.

La previsión es que todos muestren crecimiento respecto al mes o al periodo inmediato anterior, aunque se quedarán muy lejos de los datos que tenían el año pasado.

Además, nada garantiza que estos rebotes se conviertan en recuperación y no se descarta que en los siguientes meses se observen caídas que indiquen que, en esencia, las cosas no mejorarán tan rápido y que superar la crisis económica que profundizó la pandemia exigirá de este gobierno algo más que el paso del tiempo.

El problema real de la economía mexicana no está en la pandemia, sino en los nuevos criterios del manejo económico, que bien se pueden resumir en una frase del Presidente de la República, “nuestra preocupación no son las empresas privadas, sino las empresas públicas”.

Los criterios con los que se maneja la economía están, por ejemplo, muy separados de lo que México firmó en el T-MEC y que en esencia consisten en propiciar un ambiente adecuado para la inversión nacional y extranjera; garantizar el libre comercio con los socios del tratado, garantizar el Estado de derecho y no cambiar las reglas a mitad del camino.

Pasar del rebote a la recuperación económica exige un cambio en la retórica de este gobierno, lo cual se ve casi imposible.

No se logrará si el gobierno insiste en una política energética bajo la filosofía de primero Pemex y CFE y no nos interesan las inversiones privadas.

Las empresas no invertirán en México si se insiste que a los servidores públicos sólo les interesan las empresas públicas.

Las cosas no mejorarán si el presupuesto se enfoca esencialmente en los programas sociales y en las tres obras públicas emblema del Presidente.

La inversión, y con ella la economía, no crecerá si las finanzas públicas continúan deteriorándose y México se acerca a perder el grado de inversión de su deuda.

Si no hay un golpe de timón en la filosofía con que se ha manejado el país en lo económico, es seguro que los rebotes se acabarán y en lugar de ello tendremos continuas caídas que confirmen que seguimos en recesión.

A estas alturas del partido, lo único seguro es que la recuperación tardará mucho y que será lenta y dolorosas y que dejará muchos desempleados y muchos pobres en el camino.

 

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