Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

2 Sep, 2019

Sin buena economía, 4T tendrá dificultades

 

El Presidente de la República mantiene su aceptación alrededor del 60 por ciento gracias a su discurso de combate a la corrupción, a su cercanía con el pueblo, a la austeridad con la que él personalmente se conduce y al hecho de que en el panorama político nacional ningún político de ningún partido tiene un discurso que siquiera llame la atención.

Pareciera, a estas alturas, que es posible que el Primer Mandatario mantenga ese nivel de aceptación a todo lo largo de su sexenio.

Pero, siempre hay un pero, los resultados económicos de este gobierno son, cuando menos, decepcionantes.

La inversión está desplomada, la economía no crece, la generación de empleos está en su peor nivel de los últimos años, el consumo interno está caído, las industrias de la minería y la construcción están en grado de colapso.

Sólo la inflación no subyacente (la que incluye los energéticos y los alimentos sin elaborar) llegó ya a niveles de 3.2 por ciento, aunque la subyacente se niega a bajar y el tipo de cambio, fuerte hasta la semana pasada, son los elementos económicos de los que presume el Presidente.

Sin embargo, es claro que ningún modelo político del signo que se trate y desde luego la Cuarta Transformación tampoco, sobrevive sin una economía sana, con un crecimiento razonable, una generación de empleos formales que responda a ese crecimiento, una inversión pública y privada que sostenga dicho crecimiento.

En este momento, eso no se ve en la Cuarta Transformación y no se ven acciones concretas que permitan pronosticar que la economía dará la vuelta.

La semana que entra, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, entregará en la Cámara de Diputados el paquete económico para 2020.

La verdad es que es difícil que sea muy diferente al de 2019. Esto es, canalizar una parte importante del presupuesto a los programas sociales estrella del Presidente de la República, una inversión pública restringida y un superávit primario menor al de este año.

Si esto es así, la economía no tendrá bases para crecer el año que entra, la poca generación de empleos se podría convertir en despidos, el consumo seguirá cayendo y es posible que el bolsillo de todos empiece a sufrir.

Entonces, la aceptación de Andrés Manuel López Obrador podría empezar a descender.

Si a los factores internos se le suma una economía mundial que se desacelera y que puede entrar en recesión, el país estará en el peor momento de los últimos años para lograr una economía con crecimiento, aunque sea el muy conocido 2 por ciento anual promedio de las últimas décadas.

La única forma de lograr que la economía vuelva a crecer y sacarla de la parálisis en la que ahora se encuentra es modificar las acciones, modificar el discurso, preocuparse por aplicar política públicas en favor del crecimiento.

La verdad es que no se piensa que eso vaya a suceder y en este momento el único pronóstico es que la parálisis se convertirá en recesión hacia mediados del 2020 y que la popularidad del Presidente puede no ser suficiente para sostener sin dificultades este gobierno.

Hasta el próximo lunes y mientras, no deje de seguirme en mi página de FB Perspectivas de Luis Enrique Mercado y en mi cuenta de twitter @jerezano52.

 

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube