Perspectivas
Luis Enrique Mercado28 Sep, 2020
Sin confianza la economía no despegará
La economía mexicana se ha comenzado a recuperar desde que tocó fondo en abril y mayo. Mejoraron las cifras de empleo, las ventas de algunos sectores y la producción de otros.
Pero esta recuperación cada vez es menor y antes de que termine el año el país estará en su realidad, una economía en recesión por errores en su manejo.
Para que veamos cifras negras en todo es necesario que se recuperen el consumo, la inversión y las exportaciones.
El consumo, que en mayo mostraba una caída del 23.5% anualizada, para junio estaba ya sólo en menos 10.6 por ciento.
La inversión se cayó 38.7% en mayo y estaba 25.2% abajo en junio, respecto al mismo mes del año pasado.
Las exportaciones seguían con una caída del 8.8 por ciento en julio de 2020 respecto al mismo mes de 2019 y su evolución dependerá de cómo se recupere la economía de Estados Unidos.
A fin de cuentas, mientras consumo e inversión no muestren números positivos, no podemos esperar que la economía en su conjunto se recupere.
Y será difícil ver una recuperación del consumo, porque, aunque después de mayo las cifras han mejorado, cada vez lo hacen más lentamente por la sencilla razón de que hay más de 10 millones de mexicanos sin empleo, porque muchos están trabajando a tiempo parcial, a muchos les redujeron el salario y muchos más se refugiaron en la economía informal, donde los salarios son menores que en el sector formal.
La inversión productiva es la que seguramente no se recuperará en todo el sexenio porque se trata de un tema de confianza en el futuro del país a corto y mediano plazo, la cual es, precisamente, lo que más ha golpeado este gobierno.
La mayoría de las decisiones en materia económica que ha tomado el Presidente de la República están equivocadas y han ahuyentado las inversiones, nacionales y extranjeras.
Las cifras dicen, claramente, que el país en verdad cambió de rumbo el día en que se canceló la construcción del NAIM.
Pero eso fue el primer paso y los siguientes tuvieron que ver con el cambio de reglas para los constructores de los gaseoductos, el rechazo a las inversiones privadas en energías limpias, las consultas populares para que se reaviven inversiones y, apenas la semana pasada, las nuevas reglas para el manejo del sector energético con las que el Presidente trata de que Pemex y CFE regresen a ser los monopolios absolutos que fueron en el pasado.
Todos esos hechos, a los que se les suman muchos minutos de ataque a la inversión privada en las mañaneras, son el freno a la inversión, la cual muestra una muy lenta reactivación.
De su caída máxima de 38.7% en mayo pasó a un menos 25.2% en junio y aunque es probable que esa cifra disminuya, se ve poco probable que veamos datos positivos de inversión en lo que resta de este año, cuando menos.
Y como el Presidente de la República insistirá en poner límites a la inversión privada, en seguir aprobando inversiones con votación popular y en seguir cambiando las reglas, la inversión no se reactivará.
Los grandes motores de la economía, consumo e inversión, seguirán apagados y las exportaciones dependerán de lo que suceda con la economía de Estados Unidos.
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