Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

11 Jul, 2018

Siestas

El sicólogo James B. Maas representa el curioso caso de un académico convertido en celebridad mediática gracias a sus estudios sobre todo lo relacionado con el sueño.

En su página oficial presume tener el récord mundial de enseñanza universitaria por casi medio siglo de cátedra en la Universidad de Cornell. Comprensiblemente, su biografía omite una denuncia de conducta sexual inapropiada formulada en su contra en esa misma casa de estudios, en la década de los 90.

Por esta razón, resulta irónico que, en su propaganda, él mismo parodie el título de una famosa cinta de Woody Allen: “Todo lo que usted debe saber sobre el dormir, pero está cansado de preguntar”.

Autor de numerosos best sellers sobre su especialidad, conferencista, invitado a programas de televisión y documentalista para los canales PBS y BBC, Maas ha diseñado también programas para un mejor aprovechamiento del reposo en numerosas corporaciones, entre ellas Apple, Google y Kodak.

Pero su relación con la tecnología no termina ahí: el prestigio de Maas respalda dispositivos como Dreem, una diadema con sensores que registran y analizan actividad cerebral, frecuencia cardiaca  y respiración para evaluar la calidad del sueño y mejorarla con ondas de sonido que emplean tecnología de conducción ósea. Asimismo patrocina máquinas de “ruido blanco”, un sistema que oculta los sonidos ambientales de la calle que perturban el sueño y ayudan a conciliarlo.

Pero, más allá de artilugios, la mayor aportación de Maas es haber acuñado una frase, “power nap”, que se puede traducir al español como “siesta energizante” y que designa el acto de “echarse una pestaña” de unos 15 o 20 minutos a la mitad del día, tiempo suficiente para rejuvenecer sin entrar a una fase de sueño profundo  ni aturdirse ni generar insomnio posterior.  Idealmente, este tipo de siesta requeriría acostarse, pero es lógico que una propuesta de esta naturaleza no tiene sentido mientras se está en la oficina, así que puede practicarse sentado, pero en una habitación cerrada y con las luces apagadas.

Maas confesó a la revista Inc. que el binomio “power nap” se le ocurrió mientras era consultor en IBM y no pensó en convertirlo en marca registrada. Para su fortuna, nadie le ha escamoteado ese crédito. Por el contrario, una startup francesa le reconoce plenamente haber inspirado un reciente invento con el que se propone aumentar los niveles de productividad de las empresas, dándole chance a sus empleados de entregarse un cuarto de hora a los brazos de Morfeo para recargar baterías.

Se trata de La Boîte à Rêves (La Caja de Sueños), una cápsula diseñada por la compañía Silence Business Solutions, con sede en Courbevoie, Francia. De forma ovoidal, la caja tiene unos dos metros de alto por uno y medio de ancho, sin ventanas, aunque con una puerta de cristal polarizado. En su interior cuenta con una camita angosta en la que uno puede tenderse con la promesa de “soñar dentro de una nube”.

El capullo de madera está diseñado para que el usuario quede aislado del ruido externo y, mediante una aplicación de tablet, pueda elegir entre 12 atmósferas de luz y sonido que lo envolverán durante 15 minutos, muy útiles cuando se ha acumulado déficit de sueño. De esa forma disipa la fatiga y contribuye a la regeneración de actividad cerebral, constatable en términos de memoria, estado de alerta, tiempos de respuesta y otras habilidades cognitivas.

La firma de cosméticos L’Oreal es la primera que ha adquirido el servicio “power nap” de Silence Business Solutions, que desde el mes pasado comenzó a introducir su Caja de Sueños al mercado estadunidense. Así lo consigna un amplio reportaje publicado la semana pasada por el Chicago Tribune, acerca de una reciente tendencia de fabricación de espacios pequeños pero altamente tecnologizados para abstraerse por completo del mundo como un paso para mejorar la productividad.

El reportaje cita estadísticas del Centro para el Control  y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, en el que asegura que una tercera parte de los adultos de ese país no duerme las siete horas diarias de rigor. Sacrificar el debido reposo genera pérdidas económicas por 411 mil millones de dólares al año, como consecuencia de problemas de salud y errores en el trabajo atribuidos al desvelo.

Son datos que deberían quitarle el sueño a las corporaciones. Y es que la corriente no necesariamente se lleva al camarón que se duerme.

marco.gonsen@gimm.com.mx

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube