Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

6 Jun, 2018

Walkie Talkie

Por Marco Gonsen*

Dick Tracy, uno de los más famosos detectives de la cultura popular estadunidense, apareció por primera vez en 1931 gracias al talento creativo de Chester Gould, dibujante del Chicago Tribune. Pero tuvieron que pasar 15 años para que, en enero de 1946, surgiera el mayor símbolo tecnológico con el que se le identifica: el radio-reloj de pulsera que envía y recibe mensajes de voz.

Centenares de viñetas muestran al célebre agente de sombrero y gabardina amarillos luchando contra el crimen mientras habla con el pequeño dispositivo colocado en su muñeca, creado por el inventor ficticio Brilliant Smith. Es una imagen tan icónica que el reportero Harry McCracken la bautizó como “el meme más indestructible del periodismo tecnológico” en un artículo en la revista Time.

En este texto publicado en 2013, McCracken recuerda que desde mediados de siglo pasado se intentó llevar a la realidad esta fantasía, gracias a la invención del transistor. Un esfuerzo notable es de la compañía Sylvania Electric Products, que desarrolló un diminuto aparato mediante el cual se puede enviar voz, pero no recibir. Uno de sus ejecutivos, James Sutherland, lo presume portándolo en una foto publicada en 1954 en la revista Popular Science. Un modelo posterior aparece en un anuncio de Billboard en 1963, con una recepción en general aceptable, aunque sin evitar la interferencia de alguna estación radiofónica local.

Pero fue en 2015 que surgió el artilugio que verdaderamente le hace justicia al legado de Dick Tracy: el Apple Watch. Al menos así lo vio Erin Blakemore en un artículo publicado el 9 de marzo de ese año en el sitio web del Smithsonian Institution. El autor le atribuye al legendario detective la invención del reloj inteligente que por aquellas fechas lanzó la firma dirigida por Tim Cook, aun cuando no se destacó como su principal atributo el de la comunicación de voz en doble vía.

Y si bien el Apple Watch sirve para entablar conversaciones enlazado con el iPhone, un nuevo atributo hará que veamos cada vez más Dicks Tracys hablando con pulseras en la calle. Se trata del modo Walkie Talkie, característica del futuro sistema operativo watchOS 5.0 anunciada el pasado lunes en San José, California, durante la conferencia de desarrolladores de la firma de la manzana (WWDC, por sus siglas en inglés).

Walkie Talkie es una futura aplicación que facilitará a los usuarios del Apple Watch el envío de notas de voz rápida de ida o vuelta por medio de Wi-Fi o de una conexión celular, técnicamente habilitada desde la Serie 3, pero no disponible aún en varios países (entre ellos México).

La app sugerirá con quien charlar, de entre los contactos con los que se establece comunicación más frecuente. Y, a diferencia de los radios a la antigüita, la distancia no será obstáculo: se podrán enviar notas de voz a amigos de todo el mundo y no sólo a escala local.

La mala noticia es que los poseedores de las primeras generaciones del Apple Watch no podrán gozar de las ventajas de Walkie Talkie. Para ellos no quedará más opción que comprarse un modelo de reloj posterior... o conformarse con los audios en Whatsapp.

No deja de resultar fascinante que innovaciones tan cacareadas en realidad estén basadas en conceptos que llevan décadas en práctica. Es el caso del Walkie Talkie real, un instrumento que ha sobrevivido a la hegemonía del teléfono portátil. Una historia muy completa de este sistema de comunicación fue publicada el 17 de agosto de 2017 por Ernie Smith en el portal Tedium, en el reportaje titulado Do you copy (¿Me copias?) que alude a la frase más utilizada para confirmar la correcta recepción de un mensaje.

Es lugar común atribuir su invención en 1937 al canadiense Donald Hings, empleado de una compañía minera que necesitaba que sus trabajadores pudieran comunicarse entre sí de manera remota. Aunque una versión diferente del Walkie Talkie (nombre que le dio la prensa de la época) fue diseñada en 1938 por un paisano suyo, Alfred Gross.

Éste último, por cierto, fue quien inspiró a Chester Gould para imaginar el radio-reloj de Dick Tracy. De acuerdo con una nota de la agencia AP, el caricaturista visitó a principios de los años 40 el taller de Gross, donde vio un reloj con un mensajero integrado y un micrófono inalámbrico. Gould pidió permiso para utilizarlos en su comic, a lo que el inventor accedió.

El resto es historia conocida. O más bien historieta.

marco.gonsen@gimm.com.mx

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube