Francisco Cervantes festeja hoy su reelección

• Una de las preocupaciones era la iniciativa para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales.

La reelección de Cervantes no sorprendió. A pesar de que es criticado porque no es un dirigente que muestre firmeza para defender los intereses del sector privado frente a la 4T, cuenta con el total apoyo de las grandes empresas, que son las que realmente mandan en el CCE, porque son las que más cuotas aportan y prefieren la vía del diálogo y la concertación al enfrentamiento, y más con López Obrador, que utiliza las mañaneras para criticar a empresarios como Germán Larrea, presidente de Grupo México, y últimamente a otro empresario, divulgando los adeudos fiscales de sus empresas.

En el lado positivo, hay que reconocer que el diálogo sí ha tenido algunos logros, como la reforma al sistema de pensiones, que fue una propuesta del sector privado y permitirá que con mayores aportaciones patronales al SAR, los trabajadores tengan una mayor pensión.

Además, una de las grandes preocupaciones que tenía el sector privado era la iniciativa para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales y la que presentó el senador Napoleón Gómez Urrutia para ampliar el aguinaldo de 15 a 30 días y que también quedó congelada porque López Obrador ya se pronunció a favor de que se discuta a fondo en otro próximo periodo del Congreso.

El hecho es que, por temor o por prudencia, las empresas y los dirigentes empresariales prefieren no enfrentarse abiertamente a López Obrador, quien además presume –y tiene razón– que a las grandes empresas les ha ido bien en su sexenio.

Seguramente hoy Cervantes será conciliador en su discurso. Es muy poco probable que haya críticas a la 4T ni mucho menos a la candidata oficial, Claudia Sheinbaum, quien en sus 100 propuestas al arranque de su campaña retomó las 20 iniciativas de cambio constitucional que propuso López Obrador, que sí preocupan al sector privado y que, por cierto, están una especie de limbo en la Cámara de Diputados.

La interrogante es si, una vez iniciada la tendencia a la baja en tasas, como también pronostica el consenso de analistas, habrá un efecto en el mercado cambiario y terminará el superpeso, porque una de las razones de la apreciación del peso frente al dólar es el atractivo diferencial de tasas entre México y Estados.

Aquí sí no hay consenso entre analistas, porque algunos consideran que no sólo por la baja en las tasas, sino por los procesos electorales en México y Estados Unidos habrá presiones en el mercado cambiario.

El consenso de analistas de la encuesta Citibanamex pronostica que, al cierre este año, el dólar cotizará en 18.50 pesos y en 19.1 pesos en 2025.

El hecho es que ayer, en una día feriado mexicano, el peso se depreció y al cierre de esta columna el dólar cotizaba en niveles de 16.79 pesos, porque el peso mexicano es actualmente una de las divisas de mayor movimiento y especulación en los mercados internacionales.