Campaña constitucional

La última parte de esta década ha presentado grandes oportunidades para México, impulsadas por el distanciamiento entre Estados Unidos y China, así como por la pandemia, que subrayó la importancia de contar con cadenas de suministro resilientes. Esto ha motivado a numerosas empresas a trasladar sus operaciones a nuestro país. México goza de una posición privilegiada como vecino de la economía más grande del mundo, además de contar con una sólida infraestructura logística, capacidad productiva, estructura de costos competitiva, talento humano y un mercado significativo. No obstante, estos últimos años la discusión nacional se ha centrado en la rifa de un avión sin avión, súper farmacias, intentos de compra de bancos reacios a ser adquiridos por el Estado, aerolíneas gubernamentales, compañías aéreas del Estado y un sin fin de ocurrencias, y ahora, en los últimos meses de la administración, estamos condenados a hablar de un alud de reformas.

RACIONAL ELECTORAL

Como se ha señalado ampliamente, las reformas constitucionales propuestas por el presidente López Obrador tienen pocas probabilidades de ser aprobadas en el actual periodo legislativo, y es evidente que tienen un efecto dual. Primordialmente, tienen un carácter electoral, diseñadas para dictar los temas de campaña ante los cuales la oposición inevitablemente tendrá que responder y que da puntos accionables a la  campaña de la candidata oficialista.

En el improbable caso de que el oficialismo logre una mayoría abrumadora en el Congreso el próximo 2 de junio, López Obrador asegurará la continuidad de sus políticas, en ese escenario disminuirá el poder y margen de maniobra de la próxima presidenta. Esta táctica, aunque inteligente, se realiza a expensas de la estructura democrática del Estado mexicano.

CAJA DE RESONANCIA

Discutir las reformas actuales equivale a amplificar la caja de resonancia de las propuestas electorales del oficialismo, pero, al mismo tiempo, se convierte en una necesidad dada la intención del Poder Ejecutivo de absorber a los demás Poderes. Las reformas propuestas ofrecen promesas de campaña que capturan la atención de distintos nichos; por ejemplo, algunos celebrarán las propuestas contra el maltrato animal, mientras que otros apoyarán la prohibición del fentanilo. Sin embargo, la viabilidad jurídica y de implementación pasa a un segundo plano frente a los eslóganes, que sirven para ocultar aquellos aspectos que representan una amenaza más grave para la democracia.

PROBLEMAS DE FONDO

La propuesta de reforma al sistema de pensiones, tal como está formulada, se asemeja a adquirir un sistema de sonido nuevo para un automóvil simplemente porque ya no capta estaciones de radio, mientras se ignora la necesidad de comprar aceite para evitar que el vehículo se desviele. El planteamiento resulta aún más ilógico considerando que el vehículo ni siquiera tiene asientos. Esto se debe a que el verdadero desafío laboral y económico de México radica en su enorme sector informal, que engloba a 53% de las personas empleadas, para quienes la discusión sobre las pensiones es irrelevante.