Formalidad, financiamiento y crecimiento

Uno de los grandes desafíos que impiden que México alcance su potencial económico se puede resumir en la falta de un Estado de derecho sólido, lo cual se manifiesta en una enorme informalidad e inseguridad. Ésta conduce a una estructura fiscal distorsionada que provoca que el Estado mexicano no disponga de los recursos necesarios para mantener el monopolio legítimo de la violencia. Por ello, por muchos ajustes institucionales que se implementen, antes la Gendarmería, ahora la Guardia Nacional, el problema no se resolverá hasta que se pueda financiar adecuadamente a las policías municipales y estatales. A continuación vendría un desafío igualmente grande: realizar los cambios organizacionales necesarios para asegurar que los recursos tengan los efectos deseados en los cuerpos de seguridad. Otro aspecto igualmente dañino es que las unidades económicas formales no prosperan debido a la competencia de las unidades económicas informales. Como escribe Santiago Levy en su libro Esfuerzos mal recompensados, las empresas formales no prosperan y las informales menos.

NUEVO DIAGNÓSTICO

Lo anterior está sobrediagnosticado, pero nadie se dedica a resolverlo. Durante poco más de una década, mi optimismo residía en la creencia de que se necesitan incentivos para la formalidad, y estos incentivos tienen que ver con el acceso al financiamiento. Sin embargo, desde 2013 hasta ahora, la situación no ha cambiado de manera significativa, aun con la proliferación de fintechs y la modernización de los canales digitales de la banca. Un punto de partida para entender este fenómeno lo ofrecen los datos publicados por el Inegi. Según la Encuesta Nacional de Financiamiento de las Empresas (Enafin 2021), publicada por el Inegi, se definió un universo de 280 mil 489 empresas que tienen, al menos, seis empleados, lo que contempla, sobre todo, unidades económicas formales. En este grupo, la tasa de mortalidad no es tan alta: el 65% tiene más de 11 años, el 20% entre 6 y 10 años, el 10% de 3 a 5 años y el 3.9% menos de 2 años.

EL TAMAÑO SÍ IMPORTA

El promedio de vida cambia según el tamaño de la empresa. Por ejemplo, el 62% de las microempresas tienen más de 11 años, mientras que el 83% de las grandes se encuentra en esa categoría. Pero la variación más grande ocurre en términos de financiamiento. Según la Enafin, el 75% de las microempresas no solicitó financiamiento y el 70% de las pequeñas tampoco lo hizo. Esto contrasta con las grandes empresas, de las cuales únicamente el 54% no ha solicitado financiamiento. Lo más sorprendente es que se aprobó el 95% de los créditos solicitados. Entonces, ¿cómo se financian las empresas? Según el Informe del Financiamiento de las Empresas correspondiente al primer trimestre de 2023 realizado por el Banco de México, más del 61% de las empresas con hasta 100 empleados obtienen su financiamiento de proveedores. Las empresas de más de 100 empleados muestran un porcentaje aún mayor en esta categoría, con un 63 por ciento. Esto implica que las micro y pequeñas empresas viven asfixiadas por la falta de liquidez y, por lo tanto, estrangulan a su vez a sus proveedores.

HERRAMIENTAS

Hay dos factores obvios que limitan el acceso a financiamiento de las micro y pequeñas empresas en México. El primero es la falta de conocimiento para navegar por el sistema financiero y optimizar su capacidad para obtener créditos competitivos. En segundo lugar, es necesaria una presencia más destacada de la banca de desarrollo. Para las empresas medianas, una posible palanca de financiamiento podría activarse con la Ley del Mercado de Valores, que es un primer paso y está pendiente de ser tramitada por la Cámara de Diputados. Los incentivos para la formalidad continúan estando en el financiamiento. Los actores han refinado sus enfoques, pero todavía estamos muy lejos del objetivo de inclusión financiera planteado hace décadas. El hecho de vincular el suministro necesario para las empresas que llegan como resultado del nearshoring ofrece una ventana de oportunidad única, pero también ocupar un lugar significativo en la discusión pública del país.