Los peligros de la elección

La última vez que las elecciones presidenciales de México y Estados Unidos coincidieron era el año 2000. En aquel entonces, México acudió a las urnas con la expectativa de elegir al jefe del Ejecutivo mediante un proceso democrático por primera vez, mientras que en Estados Unidos se vivió un proceso electoral complicado, culminando en que la decisión del voto tuvo que ser interpretada por la Suprema Corte de Justicia. Veinticuatro años después, México ha celebrado tres elecciones presidenciales mediante un proceso democrático. A pesar de esto, existen riesgos notables, como la constante erosión de la autoridad del Instituto Nacional Electoral (INE) y una creciente participación del crimen organizado. No obstante, el principal foco de turbulencia para nuestro país en este año es la elección presidencial en Estados Unidos.

BIDEN, DESMEMORIADO

El jueves de la semana pasada le explotó una bomba política al presidente Biden cuando una investigación lo exoneró de una mala gestión de documentos clasificados, pero al mismo tiempo lo describió como un individuo de avanzada edad con problemas de memoria. El daño político se amplificó aún más esa misma noche cuando, en un intento por manejar la situación, el presidente estadunidense sufrió un lapsus al afirmar que el presidente de México, referido incorrectamente como El-Sisi —quien en realidad es el presidente de Egipto—, se negó a abrir su frontera para permitir la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. Este lapsus contribuyó a reforzar la percepción de su declive cognitivo. Como resultado, sus niveles de desaprobación han alcanzado 55.9 por ciento.

TRUMP, GRILLETE

A los 77 años, Donald Trump no se encuentra en una posición privilegiada para criticar la edad de Joe Biden, dado que sus propios discursos no están exentos de momentos erráticos y confusos aunque, como grita mucho, al parecer los electores lo notan poco. En los últimos meses, Trump ha mostrado una ventaja sobre Biden en las encuestas, aunque no por un margen significativo. Por ejemplo, la encuesta reciente de Emerson College de esta semana indica 45 por ciento de apoyo para Trump frente a 44 por ciento para Biden. Sin embargo, es indiscutible que Trump es el candidato preferido entre los republicanos para las elecciones primarias. No obstante, enfrenta varios procesos legales que podrían resultar en condenas de cárcel. Recientemente, Trump fue condenado a pagar 355 millones de dólares por falsificar el valor de su patrimonio y, previsiblemente, apelará esta decisión. Este fallo se suma a otro en el que fue obligado a pagar 83.3 millones de dólares por agresión sexual a una escritora. Lo más grave son las cuatro acusaciones criminales, que podrían llevarlo a prisión antes de las elecciones, aunque es posible que algunos de estos casos se posterguen hasta después del proceso electoral.

ESCENARIOS EU

Una posibilidad es que, en noviembre, Trump gane la elección y regrese a la Casa Blanca, lo que significaría un reto mayúsculo para la próxima presidenta mexicana. De acuerdo con un reporte de Axios, Trump planea deportar a millones de personas utilizando todas las herramientas del Estado disponibles, desde el FBI hasta la Guardia Nacional. En su mandato anterior, Trump utilizó el T-MEC para ejercer presión en temas migratorios y es probable que adopte políticas poco ortodoxas para enfrentar a los cárteles mexicanos vinculados al problema del fentanilo.

Sin embargo, de mantener el enfrentamiento comercial frente a China va a tener que ser flexible con México para seguir transformando la cadena manufacturera, aún así será desafiante.

Otro escenario es que Trump sea inhabilitado para competir o asumir la presidencia, lo que, dependiendo de la razón, podría incrementar el riesgo de un conflicto social al interior de Estados Unidos, con potenciales repercusiones económicas negativas para México.

Un tercer escenario, y el menos problemático para México, sería la reelección de Joe Biden, la cual mantendría los desafíos actuales pero ofrecería un entorno más predecible. Sin embargo, existen varios factores de fragilidad, tanto por la salud de Biden como por los crecientes problemas relacionados con el fentanilo y la migración.

Aunque México enfrenta sus propias fuentes de incertidumbre en 2024, el mayor foco de riesgos para el país se ubica en Estados Unidos y su volátil escenario político.