Optimismo con fragilidad en la economía

En la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, que se levantó entre el 8 y 13 de diciembre de 2021, se estimaba que en 2022 la economía crecería 2.77 por ciento, que la inflación cerraría en 4.16 por ciento a tasa anual, mientras que la tasa de referencia se proyectaba en 5.25 por ciento y el tipo de cambio se observaba en 21.65 por dólar. En aquel entonces, el mundo parecía ir saliendo de la pandemia. Sin embargo, la invasión de Ucrania por parte de Rusia en febrero de aquel año alteró el panorama y exacerbó las presiones inflacionarias. Aun así, los datos retrataron una economía mexicana con un desempeño más fuerte de lo esperado. En 2022, el crecimiento de México fue de 3.1 por ciento, la inflación cerró mucho más arriba de lo anticipado con un 7.82 por ciento a tasa anual, mientras que la tasa de referencia se ubicó en un nivel récord de 10.5 por ciento y el tipo de cambio se situó en 19.50 pesos por dólar.

LAS PROYECCIONES PARA 2023

En la última Encuesta del año pasado, se proyectaba un avance de la economía de 0.9 por ciento para 2023, una inflación de 5.1 por ciento, una tasa de referencia similar a la de 2022 de 10.5 por ciento y un tipo de cambio de 20.8 por dólar. Nuevamente, las proyecciones se quedaron cortas. En el primer trimestre de 2023, la economía sorprendió con un robusto avance de 3.7 por ciento, lo cual llevó a ajustar las proyecciones de crecimiento para este año. A esto se sumó positivamente el dato del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) de abril, que mostró un crecimiento de un 0.8 por ciento mes a mes y un avance a tasa anual de un 3.3 por ciento, lo que da un indicio de que la economía ha mantenido ímpetu, aunque no tan robusto como en el primer trimestre.

EL SEGUNDO TRIMESTRE

Además del IGAE de abril, otro indicio de la robustez de la economía mexicana en el segundo trimestre lo ofrecen los datos de la balanza comercial. En mayo, a pesar de la fortaleza del peso, las exportaciones manufactureras avanzaron 9.5 por ciento, mientras que las exportaciones agropecuarias, que son más sensibles al tipo de cambio, también crecieron 4.9 por ciento. Las compras internacionales también aportan datos sobre las tendencias del sector terciario, que representa dos terceras partes de la economía, y esto se refleja en la importación de bienes de consumo no petroleros, que avanzaron 28 por ciento. Otro dato que nos habla del consumo son las ventas de automóviles nuevos, que crecieron 12 por ciento en mayo, mientras que en junio avanzaron 25 por ciento, lo cual ya nos refleja un segundo trimestre bastante potente. No obstante, las ventas de la ANTAD no fueron tan positivas en mayo, con un avance en tiendas comparables de únicamente 1.3 por ciento, su nivel más bajo desde marzo de 2021. Otra corriente que puede frenar un poco a las exportaciones, al turismo internacional y el consumo de las diez millones de familias receptoras de remesas es la fortaleza inusitada del peso. Ayer, el dólar interbancario se ubicó en 17.05 pesos por dólar, niveles que no se observaban desde diciembre de 2015. Esto, si bien puede tener un impacto en las exportaciones, particularmente las agropecuarias, también influye positivamente en la inflación, que ha ido bajando, en el dato más reciente se ubica en un 5.18 por ciento a tasas anuales, mientras que la subyacente no ha bajado tan rápido y se encuentra en un 6.91 por ciento.

FRAGILIDAD

2023 parece ser más positivo de lo estimado, aunque atravesamos un escenario de fragilidad con la tensión entre China y Estados Unidos, que puede afectar las cadenas de valor en tecnología y en manufactura en general. A esto hay que sumar mucho ruido político y polarización, tanto en México como en Estados Unidos, rumbo a la elección presidencial de 2024. Además, los efectos cada vez más visibles del calentamiento global son otro factor de presión sobre los precios de alimentos y la inconformidad social. Un punto específico de fragilidad en México es la descomposición social, producto de la inseguridad. En conclusión, estamos ante una economía más fuerte a lo esperado, pero con un punto de fragilidad en 2023.