Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

14 Feb, 2024

Sin recursos, misión imposible

Durante su conferencia de prensa, Carlos Slim, el hombre más acaudalado del país, expresó una opinión que muchos comparten, pero pocos se atreven a manifestar: es excesivo el involucramiento de las Fuerzas Armadas en “demasiadas cosas”. El magnate señaló que las Fuerzas Armadas están operando empresas que probablemente enfrentarán pérdidas significativas. No se necesita ser un magnate para darse cuenta de que las empresas operadas por las Fuerzas Armadas tienen una rentabilidad dudosa. Incluso al inicio de esta semana, el general Óscar David Lozano Águila, director del Tren Maya, admitió en la conferencia presidencial que el transporte de mercancías subsidiará al de pasajeros. Sin embargo, según el propio general, esto requerirá la construcción de diversas instalaciones para el transporte de mercancías, es obvio que, si se buscaba que el proyecto fuera sostenible financieramente, se tendría que haber comenzado por la carga y luego el componente del transporte de pasajeros. Es decir se puso a la carreta enfrente del caballo.

EFICACIA

Aunque algunos advierten una estrategia oscura por parte del Presidente al involucrar a las Fuerzas Armadas en múltiples actividades que exceden su ámbito tradicional de seguridad, desde mi perspectiva, esto representa una decisión lógica. La razón es que las Fuerzas Armadas son la única organización con alcance nacional, estándares de eficacia sobresalientes y una sólida reputación. Según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del último trimestre, la Marina obtuvo la calificación más alta en desempeño con 85.6%, seguida de cerca por el Ejército con 83.2%, ambas muy por encima de las policías estatales, 54.1%, y municipales, 48.6%. Sin embargo, esta favorable percepción no necesariamente se traduce en eficacia en tareas fuera de la seguridad, especialmente cuando las decisiones se toman en un contexto de improvisación y con un enfoque político de corto plazo.

ACATAR ÓRDENES

En una conversación con miembros de las Fuerzas Armadas acerca del Aeropuerto Felipe Ángeles, me comentaron que cuando el Presidente emite una orden, ellos la cumplen sin cuestionar la lógica detrás de la decisión. Por ejemplo, si el comandante supremo de las Fuerzas Armadas ordena transformar la base aérea de Santa Lucía en una instalación civil-militar que reemplace el proyecto del Aeropuerto de Texcoco, se lleva a cabo en tiempo y forma. Sin embargo, el manejo de aspectos como el diseño para amortizar los bonos emitidos para el financiamiento del Aeropuerto de Texcoco, o el cambio abrupto en la aviación civil para trasladar el transporte de carga del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México al Aeropuerto Felipe Ángeles, no entran en la instrucción que recibieron las Fuerzas Armadas, lo que entorpece el objetivo mayor que se buscaba resolver.

CUMPLIR SIN RECURSOS

Hace unos días, escribí sobre cómo, en los últimos años, el país no ha experimentado un desastre catastrófico, pero sí una degradación cotidiana. Como ejemplo mencioné el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) en donde los baños a menudo están en condiciones lamentables, la Terminal 2 carece de estacionamiento suficiente, y las escaleras eléctricas de la salida están frecuentemente en reparación. Además, a veces las máquinas de rayos X no funcionan, generando largas filas para el abordaje, situación que no mejoró tras reducir los slots de despegue y aterrizaje a 43 por hora. Las autoridades del aeropuerto respondieron a mi columna, señalando que desde 2014 se declaró la saturación del AICM y que atienden a 100 mil personas diariamente. También mencionaron que se esfuerzan todos los días para brindar un mejor servicio y no lo dudo, el problema radica en que enfrentan una misión imposible.

SIN PRESUPUESTO

El presupuesto asignado al AICM para 2024 es de mil 510 millones de pesos, cifra similar a la destinada al Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA). Sin embargo, la diferencia en volumen de pasajeros es notable: mientras el AICM registró 48 millones 415 mil pasajeros, el AIFA tuvo sólo 2 millones 630 mil en todo el año, lo que representa 65% de las operaciones mensuales del Aeropuerto Benito Juárez. La cuestión no es de esfuerzo o voluntad; es de diseño de política pública y planeación de infraestructura, lo da por resultado una degradación y un riesgo de corrupción para dichas instituciones; en pocas palabras: como nunca, en esta administración han mandado a la Marina y el Ejército a pelear guerras sin fusil.

 

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